Para explicar tal cambio empezaremos con la narración de los hechos el propio sábado, día en el cual se dieron unas cuantas circunstancias que no posibilitaron llevar a cabo lo habitual.
Luismi, por ejemplo, trabaja un sábado cada cierto tiempo, entre dos meses y dos meses y medio, y le tocó este fin de semana. El clima otoñal se dedicó, además, a provocar flojera intestinal en algún que otro componente, lo que provocó que no fuese a estar disponible a tiempo. Pero la razón más importante que hizo variar la rutina fue precisamente el clima. La mañana del sábado se levantó desapacible, con bastante viento y lluvia que hacía que saltar de la cama con ansias de pedalear fuese una mera utopía.
El caso es que sumado todo, dio como resultado que se quedase para el domingo, como habíamos dicho a las 10 A.M, pero en el cruce de Sanisidro, lugar habitual de las salidas entre semana.
En un principio los asistentes iban a ser Fer, Pate, Luismi, Julini, con la posibilidad de que se acercase algún miembro más de los Portela, como así fue, con la aparición de Alberto y Luís. Pero, hete ahí que se produjo la DESERCIÓN, ja, ja, ja. Julini, prefirió quedarse en casita, con su mantita, su tortillita francesa y su cervecita, que salir cual macho barbanzónico a pelearse contra la máquina.
Menos mal que desde Ribeira, o Riveira como más guste, se acercó Nelo con dos compañeros de fatigas, de los cuales el narrador no recuerda su nombre y por lo cual pide disculpas, y que se sumaron al grupito.
Fer venía con la ruta pensada desde casa, “subimos por aquí, bajamos por allá, tiramos hacia allí, giramos en tal sitio, subimos ese camino, bajamos del otro lado, algo de clavículas, media vuelta y para el bar”, pero alguno tenía ganas de entrar en calor antes de lo normal y en vez de subir por el asfalto hacia la Portela, tiramos hacia Pumadiño para subir por el puente de As Taras, con lo que empezamos con el sofocón y la subida de vueltas estilo sherpa tolo.
Este inicio hizo que la subida a la Portela se hiciese a ritmo cansino ya que algunos no sentían las piernas. Durante la subida aparecieron dos jóvenes bikers desde Boiro, de los cuales tampoco recuerdo su nombre, y que una vez arriba, se unieron a nosotros en esta ruta matutina dominical.
Desde la Portela enfilamos las horquillas de nuestras bicis en dirección a Os Chans, pero por la parte de abajo, en donde las fuerzas y la experiencia iban jugando a favor o en contra de cada uno de nosotros, ya que el tramo de subida tiene un par de zonas tocapelotas para los que no lo conocen.
Una vez ya coronados Os Chans, la brújula de Fer nos dirigió hacia la cuesta de los Tábanos, no sin antes hacer un ligero avituallamiento en la fuente que hay a medio camino.
El grupito iba separado tanto en las subidas como en las bajadas, pero siempre se neutralizaba en cada cruce, y en este caso, bajando la cuesta por dos motivos, el primero porque había que coger hacia la izquierda para subir el camino viejo del Barbanza y varios no conocían el recorrido, y el segundo, porque encontramos a un miembro de Os Saltamontes con problemas de presión en una rueda y paramos para ver si necesitaba ayuda.
Solucionado el problema y reagrupado el pelotón, empezamos a subir hacia la fuente, desde dónde dilucidaríamos cuál sería la continuación de la ruta. En este tramo, el pelotón vuelve a disolverse en pequeños grupitos, esta vez según las fuerzas de cada uno, ya que no tiene zonas técnicas, con Pate, Luís y Alberto lanzándose para adelante y los demás intentando mantener nuestro propio ritmo.
Una vez llegados a la zona de la fuente, y mientras nos volvemos a reagrupar, las mentes calenturientas, dada la hora que era, nos convencen para subir por la “rampita” que hay a la izquierda, aludiendo que aunque es más dura, también es más corta, con lo que estaríamos a la hora pertinente en el bar de Sanisidro.
Como todo el mundo estaba de acuerdo, giramos a la izquierda y a sufrir. La subida, además de la pendiente, tiene zonas con el piso en bastante mal estado, piedras sueltas, una especie de grava, tierra, barro pegajoso, hierba… En fin, que, según vas subiendo, te vas preguntando quien demonios te dijo que hacer ciclismo era sano, ja, ja, ja.
Como el día estaba bastante despejado, desde arriba disfrutamos con las vistas mientras nos íbamos juntando otra vez. Algunos aprovecharon para chupar cámara y sacarse unas fotos con la entrada de la ría de Noia y Finisterre, más a lo lejos, como fondo.
Desde ahí hasta Sanisidro era ya casi todo cuesta abajo, así que a dejarse ir.
Pero para que el personal no se aburriese con la bajada de la Portela, al llegar a la última curva, desvío a la derecha y bajadita por el camino que nos lleva justo enfrente al camino del puente de As Taras, por el cual seguimos para luego desviarnos a la derecha y bajar por la zona divertida, Taras B que diría Fer, hasta el puente de Pumadiño y desde ahí hasta el bar de Sanisidro para saborear los callos con garbanzos que nos tenía preparados Pili.
Track de la ruta
El vídeo de la jornada
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