Aparición estelar del presi que, con esguince de frenillo….perdón, quería decir, con esguince de tobillo incluido, se decidió a tomar parte otra vez de nuestras salidas mañaneras. Estelar también, el estreno de la nueva bici de Juan, que se nos pasa a las niners, con una Mérida. Y para rematar, los dos de siempre, Fer y Luismi o Luismi y Fer, como más les guste a vuesas mercedes.
Tras barajar varias posibilidades de ruta, que si subir la Portela, que si subir la Hijaputa, que si vamos tirando y ya veremos que nos depara el destino, cogimos por lo negro en dirección a Boiro y según fuesen las sensaciones, allá nos dirigiríamos. Pero antes, llegando a San Lázaro, aparece Pate cual un rayo, lo habitual en él, pero esta vez venía sobre ….. cuatro ruedas y no se iba a unir a nuestra fiesta.
Pedaleando al estilo verano azul, nos metimos por el Camino Real en la Ribeiriña, con Fer comentando la posibilidad de tirar hacia Runs, hacer los caminos de la parcelaria por aquella zona y luego subir la Hijaputa, pero como Juan quería pasar por RS Bike a cambiar un cuentakilómetros que había comprado, seguimos hacia allí.
Ese nuevo cambio de destino hizo que a Fer se le ocurriera cambiar de idea y proponer subir hasta el Castro Barbudo, aunque Juan, recién incorporado después de un problema en la rodilla, y Edu con sus problemas de tobillo, declinaron la invitación, aunque se acercarían con nosotros hasta Taragoña por carretera.
Luego de dejar RS Bike, salimos hacia allá, pero entonces a Edu se le ocurre preguntar ¿y si hacemos la vuelta al Barbanza por carretera? Que sí, que no, que caiga un chaparrón, y en la rotonda que hay debajo de la autovía, media vuelta y a la carretera de Noia que nos vamos.
Comenzamos la subida a Moimenta con tranquilidad, los pulsómetros iban muy tranquilos, pero en el horizonte no se veía la cosa muy tranquila. Hacia la ría de Arousa lucía el sol pero hacia la de Noia las nubes no presagiaban nada bueno, sobre todo para Edu y Luismi que no había llevado los chubasqueros. Así que, al llegar arriba y como Mariano Medina (que en paz descanse) habría predicho, lluvia débil, pero que mojaba y otra vez cambio de planes.
Entonces Fer, comenta la posibilidad de coger varias pistas que hay por la zona para subir hasta el Iroite, luego coger la balconada y en vista del horario tomar desvíos o no para estar a una hora aprovechable en el bar. Todos subscribimos la moción y allá que nos vamos, pero nada más pisar tierra, el enanito gruñón que lleva escondido Edu en su riñonera empezó a protestar y a Juan le empezó a dar una crisis de ansiedad por temor a pinchar con su nueva bici, ja, ja, ja.
Esa pista acaba en un repechito interesante, pero con las lluvias y la humedad estaba en un estado ligeramente resbaladizo, así que, los dos lesionados, decidieron subirlo empujando la bici mientras que los otros dos lo intentaron sobre sus monturas, hasta que las ruedas en un caso y las pulsaciones en el otro, decidieron que echaran el pie a tierra.
Una vez en la cantera, nos encontramos a otro biker con problemas de cadena, el pobre estaba ya a punto de quedarse hipotérmico, así que, Edu y Fer, los manitas del cuarteto, se pusieron a echarle una mano y en un par de minutos ya le había solucionado el entuerto.
Cogemos carretera abajo y en la fuente que hay a la izquierda decidimos tirar hacia arriba, pero es aquí cuando el presi, deberes familiares obligan, se despide de nosotros y se vuelve para casa. Juan estaba en un tris de acompañarle, pero las ganas de probar su bici en condiciones por los caminos y pistas de la sierra le ganan la partida y nos acompaña en la ascensión.
Había dejado de llover, pero la pista, aunque estaba pesada y los primeros metros de ascensión tenían una pendiente interesante, no nos impedía subir con tranquilidad, respirando tranquilamente y parloteando de todo un poco. Más arriba, llegamos a un cruce el cual nos permite coger parte de un camino entre raíces de árboles que se había hecho en la Barbantia y que nos lleva justo hasta la entrada de la balconada.
La GoPro y su Wifi Bacpac (WBP) parece que no hacen buenas migas y se había colgado, con lo que Luismi había decidido guardarla en la mochila porque además llovía y no llevaba la tapa estanca nueva. Pero al empezar la balconda, recordó que llevaba la tapa estanca normal, así que decide sacar el WBP y usarla como lo hacía antes, con el problema de que con esa carcasa se podría empañar la lente. Aún así, algo había que grabar, para poder hacer después un vídeo decente y sacar fotogramas para esta crónica.
El inicio de la balconada lo tomamos con tranquilidad, incluso decidimos no seguir a otro biker que nos adelantó mientras Luismi preparaba otra vez la cámara, pero el tiempo se nos echaba encima y decidimos tirar hacia la parte baja de Os Chans, empalmar con la subida de Vitres y bajar la Portela.
La zona de Os Chans era un lodazal, pegajoso, agua y barro por todos lados, y la bajada que va hasta la subida de Vitres estaba en parecida situación y algo más rota de lo habitual. El tramo siguiente, hasta la Portela, se fue haciendo con más pena que gloria, excepto la última parte que con el viento a favor hacía volar las bicis.
En la bajada de la Portela, nos dejamos ir y luego empalmamos por el camino que hay a la derecha en la última curva, carretera y bar, a degustar la empanada nuestra de cada sábado.
Track de la ruta
Vídeo de la ruta
Ya se echaba de menos al enanito del presi!!!
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