UNA RUTA ESTILO ENRIQUE Y ANA

Ya sé que soy muy mayor, que Enrique y Ana hace ya mucho tiempo que dejaron de cantar juntos, de hecho mis recuerdos sobre ellos se remontan allá por 1978, más o menos, pero es que la ruta del sábado 8 de diciembre me iba recordando a una de sus canciones….izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás, un, dos, tres. Y no os creáis que me he sentido invadido por algún tipo de sentimiento nostálgico dado que se aproxima el día del fin del mundo, es que dejar en las manos del dúa dinámico, Fer y Edu, la dirección sherpa del grupo es dar alas a la improvisación, a la aventura, a …… ¡Coño! Ese camino tiene buena pinta, vamos a ver a dónde va a dar, o algo por el estilo.
Como todo buen sábado que se precie, reunión en el jardín a las 10 AM y allí es dónde decidimos, más o menos, la ruta o la dirección que vamos a seguir. Fue una jornada con algunas sorpresas. Por una banda, Ángel y Santi, hermanos y residentes en Ribeira y Pontevedra, que se acercaron muy fresquitos para el día que hacía. Por otro lado, reaparición de José Ribeiro (alias Cobi), meses después de su accidente y del que felizmente parece ya estar casi al 100% recuperado, y que vino acompañado de Emilio. También contamos con la aparición inesperada de Aki y con los más o menos habituales últimamente, como Edu, Fran, Alberto, Juan, Fer y Luismi.
El resto, debieron quedarse en casa preparándose para la cena navideña prevista para esa misma noche, pero esa es otra historia que los juglares cantarán a generaciones venideras.
Empiezan las dilucidaciones al respecto de la ruta, con Fer y Edu tomando el mando, y la decisión final es tirar hacia Sanisidro y desde allí dirigirnos en dirección al polígono de Espiñeira, en Boiro, por las pistas paralelas a la autovía.
Pero, no todo iba a ser tan fácil. Desde Sanisidro cogimos la pista que va a Pumadiño pero, de repente, a Edu le da la vena de sherpa tolo y nos invita a pasear por el camino que lleva hasta la piscifactoría, tremendo lodazal en algún tramo, para luego subir hasta la capilla de la Guadalupe, en Os Casás.
No contento con el sofocón que provocó el repecho que hay antes de la explanada, seguimos por el camino “hormigonado” que sube al lado de la capilla para dirigirnos por la corredoira que lleva hasta el Freixo y desde allí hasta Ouxo por asfalto.
Cuando parecía que íbamos a coger alguno de los caminos paralelos a la autovía que desde allí nos llevarían hasta la zona de A Mina, en Escarabote, seguimos subiendo en dirección a Vilariño, pero justo cuando la pendiente se iba a poner dura de verdad, tomamos a la derecha y bajamos hacia la autovía como parecía inicialmente.
Después de un serie de sube y bajas, cruzando la autovía tres veces por debajo, nos encontramos ya en la zona de Sealo, desde donde nos dirigimos hasta Runs y luego empezamos a subir por caminos y pistas, desconocidas para algunos, en dirección al polígono de Espiñeira.
Pero, como decíamos al principio, con Fer y Edu a la cabeza, empezamos a descubrir nuevas alternativas, aunque alguna más complicada que otras. Sobre todo, un tramo con bastante pendiente y con la zona de rodadura muy estrecha y algo profunda que hacía que los pedales chocaran con el suelo.
Pero entonces, Fer y su Yeti sacaron a relucir su espíritu aventurero y desplazándose cual cosechadora por encima de la hierba alta, consiguió subir hasta arriba mientras el resto empujábamos nuestras bicis y cargábamos nuestros gemelos.
En ese momento nos encontrábamos justo debajo del polígono, así que seguimos el sendero que lo bordea y accedimos hasta él, para luego recorrerlo hasta el final y empalmar con las pistas que van desde allí hasta Moimenta.
El grupeto iba un poco estirado, con Edu cerrándolo ya que no quería pasarse de pulsaciones, Juan y Aki disfrutando del agua y del barro, Fer dejándose seducir por enésima vez por una 29, en este caso la de Ángel, que a su vez no hacía más que picar a su hermano Santi.
Llegando a Moimenta empiezan las deserciones, con Cobi y Emilio en primer lugar, que deciden tirar por carretera hacia casa. El resto, habíamos quedado en subir nuestra querida Hijaputa, así que hacia allí enfilamos las bicis y justo al inicio de la subida, es cuando Edu decide dejarnos y tirar para casa.
En la subida se hacen como dos grupos, los que tenían prisa por llegar arriba, y los que no tenían ganas de apretar, “disfrutando” de la subida. Fran, Alberto, Santi y Juan, forman el primero de los grupos, mientras Aki, Ángel, Fer y Luismi el segundo, aunque a mitad de subida, tanto Aki como Luismi sufren un bajón, que los retrasa un poco.
El sol calienta en estos momentos a pesar de la brisa fresquilla de componente norte y se nota, pero en la cima del Iroite estar parado unos minutos te deja literalmente frío y en cuanto nos reagrupamos tiramos hacia A Graña para seguir por la parte baja de Os Chans, que sigue pareciendo una pista de plastilina o chicle ya que hay momentos en que la bici hasta se queda clavada.
Empalmamos con la subida de Vitres, giramos a la derecha para A Portela, donde nos volvemos a reagrupar y ……. para abajo, entre dejándonos llevar y apretando pedales, para parar casi todos en el bar, excepto Luismi que tenía una comida familiar y, como se nos había echado el tiempo encima, decide tirar ya para casa.

Track de la ruta


Vídeo de la ruta

En edición

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