EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS

Ya está el tarado del narrador con sus títulos. A ver hoy por donde nos sale para explicarnos el por qué de este título. Que sí hombre, que sí. Ya verás como al final vamos engarzando el título con la ruta nuestra del pasado sábado 30 de marzo.
El problema de los tres cuerpos consiste en determinar, en cualquier instante, las posiciones y velocidades de tres cuerpos, de cualquier masa, sometidos a su atracción gravitacional mútua y partiendo de unas posiciones y velocidades dadas. Y en éste se vieron sometidos los únicos tres miembros de Portela MTB que aparecieron por el jardín a la hora de siempre, aprovechando que, afortunadamente, la lluvia volvía a dar una tregua. Fer, Pate y Luismi cogieron ruta en dirección a Boiro, por carretera, pasando por el Camino Real y el paseo de Escarabote y luego empalmando con la carretera de Noia hasta la altura del puente que cruza la vía rápida.
En el último tramo, justo antes de llegar a la rotonda, Luismi empieza a sentir tal vez los efectos de la gripe que está cultivando o los del exceso de ejercicio de días anteriores, y sus piernas empiezan a flaquear. Encima, al llegar al camino que sube hacia el polígono de Espiñeira, descubren que el piso está literalmente embarrado y extremadamente blando, lo que para las piernas de Luismi no es buena señal.
A partir de aquí, cada vez que la pista pica para arriba, a una velocidad dada, las posiciones y velocidades de los tres, a pesar de que alguno de ellos tendría masa suficiente para alterar la atracción gravitacional de los otros, varían, con Pate y Fer delante y Luismi arrastrándose cual pícara viborita.
En los tramos llanos y sobre todo en las bajadas, se reunifican debido a la ley de la gravitación universal.
Seguimos en dirección a Moimenta, a pesar de que Fer se empeñaba en elegir las trazadas más complicadas en el último tramo antes de llegar a la carretera y que, dicho sea de paso, estaba en bastante mal estado por la tala que hicieron y el agua, que también hizo muy bien su trabajo.
Cruzamos la carretera y dirigimos nuestras máquinas en dirección a la cascada de Cadarnoxo, que estaba impresionante con la cantidad de agua que lleva cayendo esta temporada, pero que lleva implícito, en la mayoría de los casos, el subir nuestra querida Hijaputa.
Así que, después de reponer fuerzas al inicio de la subida, tiramos para arriba y como no, Pate se va incluso con el plato pequeño metido, Fer acompaña unos metros a Luismi, pero luego, visto que éste no está muy fino, sigue a su ritmo dejándolo atrás, mientras éste, busca un ritmo que le permita llegar arriba sin reventar.
A todo esto, comentar que el inicio de la subida está bastante mal, el agua también ha trabajado a gusto en esta zona con surcos bastante grandes. A pesar de eso, un SEAT Arosa intentaba subir por allí hasta llegar a la primera curva en la que tuvo que desistir.
La cosa mejoraba según subíamos, pero aún así, había algunos surcos y piedras sueltas que dificultaban algo el ritmo, sobre todo para el último de la fila, pero al trantrán fue cubriendo los más de 6 kilómetros que llevan hasta el lado de la base del EVA 10.
Para mejorar la jornada, y como aún eran las 12:30, Fer y Pate proponen dos alternativas, subir por los eólicos del Barbanza o hacer la balconada. Luismi prefiere la balconada, ya que las pendientes son más llevaderas, aunque también más largas, pero para su ritmo considerada más asequible ese trazado.
Así que allá nos vamos, con Luismi pasando los repechos con más pena que gloria hasta que llegado al depósito de agua que hay un poco más adelante, Pate decide tirar por la subida de la izquierda hacia la fuente del camino viejo, mientras Fer se queda a esperar a lo que queda de Luismi.
La cosa mejora un poco, tal vez porque ya vamos pensando en bajar hasta el bar, y poco a poco vamos haciendo kilómetros.
Al pasar el curro, justo donde acaba el asfalto, aparece Pate de frente y comenta que la subida estaba infernal, con mucha hierba y agua, que la hacían pesada e ideal para llevar por ella a tu “mejor amigo”.
La bajada hacia la Portela la hacemos dejándonos ir, pegamos un arreoncito en el último repecho y luego para abajo, que la tapita nos espera. Pero, el récord de la bajada de la Portela le gusta a Luismi, así que, aunque en un principio se deja ir, al llegar a la primera curva decide intentar batirlo, así que suelta los frenos y ……………….. ¡¡¡¡vamos!!!!
El record no cayó por 11 segundos, tal vez si lo hubiera intentado desde arriba hablaríamos de uno nuevo, pero al menos tampoco pinchó o reventó una rueda como suele ser ya habitual en él.
Una vez en el asfalto, nos dejamos ir hasta el bar, donde repusimos fuerzas con la empanada de atún que nos sirvió Pili y donde se resolvió el problema de los tres cuerpos, ya que en ese instante conocíamos su posición exacta y su velocidad, sin necesidad de calcular las 18 integrales de movimiento por el método de las cuadraturas, ja, ja, ja.

El track de la ruta

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