RANDONNÉE À L’ALSACIENNE CON CAÍDAS, PINCHAZOS Y OLÉ

Dix-sept août deux mille treize. Comme chaque samedi matin on se rencontre au jardin pour faire notre randonnée habituelle.
Ya está el cronista con unas copas de más porque no se le entiende ni papa, estaréis pensando ahora mismo, pero sólo es un pequeño homenaje a un nuevo amigo del universo PortelaMTB, Daniel, un francés de Alsacia, región cuya capital es Estrasburgo, y que lleva ya unos cuantos años viviendo en nuestro país. De hecho, si no fuese por su acento marcadamente francés, no se notaría que es extranjero porque su español es mejor que el de muchos españoles de nacimiento.
A lo que vamos. Sábado por la mañana, reunión en el jardín y otra semana más que nos juntamos una buena “récola” de gente, 10 mountainbikers y un carretero, Fran, que seguía con su entrenamiento preparatorio para el triatlón de Vigo.
Una vez más, Amador toma el mando y, para no variar, nos dirigimos hacia Sanisidro. Entrehortas, Portocarro, Pontebarbanza, pero cuando llegamos al Cruceiro Novo, en vez de girar a la derecha seguimos de frente en dirección a Vilas.
Con semejante sherpa dirigiendo el cotarro la cosa no iba a ser fácil, por lo que algunos ya nos estábamos temiendo una encerrona del tipo subida de la Barbantia por el campo de fútbol de Sanisidro hasta los eólicos.
Pero lo que nos ofreció fue una alternativa más entretenida subiendo por un sendero que atraviesa unas fincas y que va a dar justo a la pista que bordea el campo de fútbol por la parte de abajo. Además, un poco más adelante, hay otro sendero que va bordeando también el campo por un lateral y que no tiene una pendiente exagerada.
Dadas las diferentes condiciones físicas de los diez bikers, la cosa se ha ido estirando un poco, así que hay que esperar a que vayan llegando el resto. Continuamos por la pista en dirección hacia la Portela pero, como hace unas semanas, volvemos a coger el camino que va desde el cortafuego hasta la primera curva de la Portela y vuelta a esperar a los más rezagados aunque esta vez también ayuda que el camino sea muy estrecho y haya que ir en fila india.
Ya estamos en territorio conocido, nuestra querida y adorada Portela, comenzamos a subirla algo más animados, aunque ya sabemos lo traicionero de su subida y más aún ahora que le piso está bastante suelto, pero, otro desvío a la derecha y nos dirigimos hacia el camino viejo que sube paralelo. Su acceso está bastante mal, aparte de su pendiente inicial, el piso está suelto y con piedras, por lo que la mayoría decidimos subir este tramo empujando la bici. Luego, seguimos hacia arriba estirándonos porque el camino es también bastante estrecho y sólo podemos ir en fila de a uno. Además, el repecho final, donde empalma con la subida habitual de la Portela tiene su miga por su inclinación.
Una vez reagrupados, seguimos la subida habitual hasta el alto donde tenemos que volver a esperar y es que la ruta, de inicio se está haciendo dura. Por ello, las mentes perversas que nos dirigían, decidieron que para hacer la cosa más llevadera pedaleásemos por la ruta de senderismo de Os Chans, así que hacia allá nos dirigimos.
La pista está bastante seca, las roderas son importantes, las piedras parecen haber florecido con la ausencia de lluvias de este verano y cualquier descuido te puede dar un susto, y si no que se lo pregunten a Jesús que clavó la rueda delantera a causa de tocar el interior de una rodera, o a Txotxe, que intentó picar piedras con la rabadilla haciendo un caballito. Ambos pudieron continuar sin consecuencias graves para su anatomía.
Pero justo a mitad del tramo de subida que hay donde está la torreta de suministro eléctrico, Teira pinchó, con lo cual hicimos otra parada para reparar y repostar. Aquello parecía una reunión de jubilados vigilando una obra ya que, mientras uno trabajaba, el resto miraba.
Como se empezaba a hacer tarde, Amador e Iván decidieron regresar por donde habíamos llegado, mientras los demás alargábamos la ruta hasta el final de la pista por la que transitábamos. Para el resto aún era temprano como para dirigirnos al bar, así que nos acercamos hasta la zona de A Graña e hicimos la parte de la balconada de regreso.
Aprovechando que el viento daba de espalda los kilómetros iban cayendo, para unos más rápido que para otros, sobre todo para aquellos que menos han rodado en bici de montaña este año.
Al acabar la balconada, giramos en el asfalto hacia la izquierda para volver a la Portela, desde donde iniciamos el descenso con ganas de llegar al bar a reponer fuerzas con la empanada que, generosamente, nos sirve Pili acompañada de alguna bebida refrescante que nos ayude a bajarla.

Track de la ruta



No hay comentarios:

Publicar un comentario