EL DÍA QUE TXOTXE SE "ESTRENÓ" EN LA HIJ..UTA

Sábado de nazareno. A pesar de la más que probable fiesta nocturna, una horda de 13 bikers, cual apóstoles con su mesías, se reúnen a las 10 de la mañana con ganas de echar las tripas por esos montes de la sierra barbanzana, Pate, Aki, Fer, Varela, Edu, Alberto, Julián, Txotxe, Pako, Juan, Ángel, Pas y Luismi.
Entre la filas parece que hay ganas de salsa, así que, como en 9 de cada 10 salidas, los sherpas nos dirigen hacia el infinito y más allá, o sea, hacia Sanisidro por la ruta habitual. Una vez allí las mentes calenturientas deciden llevarnos hacia Pumadiño, subiendo por asfalto hasta Os Casás y desde allí hasta Ouxo, por una camino rural que circula entre huertas y pinares.
Después de parar un momento a saludar a Pequeno de Ouxo, proseguimos la ruta paralelos a la autovía hasta la casa de turismo rural y desde ahí, en vez de bajar hacia el campo de fútbol de A Mina, nos metemos por otro camino a la izquierda que, entre eucaliptos, nos va a llevar al camino que une la sobreira centenaria del Vilariño con Montaña. El grupeto va más o menos unido pero estirado ya que el camino es estrecho y las silveiras y toxos marcan sus bordes y....... nuestros brazos y piernas.
Nos acercamos a Mosquete donde hacemos una paradita para que algunos se aprovisionen de agua y para decidir nuestros siguientes pasos. Justo frente a la fuente hay un acceso a unas casas y por detrás una pista que no va a llevar más o menos a un lugar de peregrinación porteliano, donde Cristo perdió las sandalias, o mejor dicho, donde Valentín se dio el revolcón padre, hijo y espíritu santo.
Después de rezar por el alma de nuestro compañero caído en acción y resucitado para su boda,
proseguimos por la pista que va desde allí hacia Cubelo pero, para no perder las buenas costumbres, los sherpas deciden poner una pequeña trampa en el camino, la subida de Cubelo de tierra B para unirla con la A, pero en bajada.
Pako y Luismi no se encuentran muy católicos para dicha ascensión, así que hacen la jugada del chepas o jugada "maestra" (de la escuela Breydiana) y deciden seguir por donde iban y esperar al resto en la conjunción de ambos caminos.
Poco a poco nos íbamos acercando al destino que describe el título de la crónica, aunque Txotxe aún no sospechaba nada y eso que la subidita de Cubelo le había hecho pupita.
Una vez reunida toda la cohorte porteliana, avanzamos hacia la subida de la Hij..uta, o de Lidón, si a alguno les parece obscena la primera acepción.
Después de parar unos minutos para comer y beber algo, recuperar fuerzas y vaciar vejigas, nos lanzamos para arriba cual cohetes, unos made in Valencia y otros del chino o del todo a cien. Con un verano tan seco como hemos tenido, y sin lluvias que asienten el terreno, varios tramos de la subida están en muy mal estado con piedras y tierra suelta que van haciendo estragos entre los menos preparados.
A Txotxe, que había salido bastante bien se le aparece ese personaje habitual en el imaginario ciclista, y no me refiero al vampiro que hace los controles sorpresa antidóping, si no el hombre del mazo y además lo hace en la zona de las "zetas", esas curvas de 180º cuyos vértices te tocan la moral por las piedras y los surcos que los recorren.
La élite ha subido cual "homus stravensis", a la caza y captura de KOM's, excepto Ángel, que en un ataque de inspiración fotográfica, se queda esperando a que vayan llegando el resto de los mortales, con lo que casi le da tiempo a echarse incluso una siesta, aunque quien lo llega a hacer es Fer.
Poco a Poco, van subiendo todos hacia la cima del Iroite, con Varela y Edu escoltando a Txotxe y Pako, que son los que más vienen sufriendo. Fer se ha quedado con Ángel y esperan a que lleguen a su altura para retomar la ascensión.
Ya todos juntitos, pero no revueltos, en el alto, continua la fiesta pero ahora en dirección a A Graña y Noceda y, afortunadamente para los que lo vienen pasando mal, cuesta abajo y por asfalto.
Por la zona de Os Chans se nota una ligera brisa del norte que, además, ha encapotado algo el cielo, pero que parece que mete un cohete en el culo a los adictos al Strava ya que salen desflechados en dirección a la Portela.
Luismi decide seguir a su ritmo aprovechando esa brisilla que sopla a favor pero sin reventarse, mientras que por atrás aún vienen unos cuantos tomándoselo con mucha más calma.
La estrategia de Luismi va dando efecto y consigue ir recuperando terreno e ir adelantando a los que lo habían salido como alma que lleva el diablo, excepto a Pate, pero es que éste es el extraterrestre del grupo.
Poco a poco nos vamos reagrupando, aunque de forma bastante estirada, en la subida de Vitres y ponemos dirección hacia la Portela para desde allí dejarnos caer hacia el bar de Sanisidro. Pero entonces a Varela se le pincha una rueda y paramos casi todos, para, en modo español, ver como uno trabaja mientras el resto observamos.
Una vez reparada la avería, seguimos a nuestros instintos más básicos a la caza y captura de la tapa de empanada con la que Pili nos obsequia en el bar de Sanisidro.

Track de la ruta

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