Hollando el Muralla

Dado que muchos de los integrantes del club siguen con su preparación para la edición de este año del Soplao, los pocos que no han sucumbido a los encantos de dichos entrenamientos se acaban juntando como cada sábado en el punto de encuentro habitual.
A Luismi, uno al que no le ha picado el bicho sopleril, hace tiempo que escucha la llamada de la selva en su versión “subida al pico Muralla”, así que haciendo publicidad subliminal a través del foro, consiguió por fin acudir a ella con la inestimable colaboración de Alberto y Luís Tubío.
A eso de las 10:10 AM las bicis enfilaron por la AC-305 el tramo de carretera que nos lleva hasta las estribaciones del Muralla, con un inicio suave hasta Boiro pero que se aceleró un poco a su salida, con el consiguiente calentón de Luismi que se fue recuperando más o menos hasta Ponte Beluso.
Abandonamos la AC-305 justo al cruzar el puente y coger el cruce a la izquierda, justo donde el trayecto empieza también para picar para arriba.
El inicio sigue por lo negro, con una pendiente asequible pero engañosa ya que el Garmin indicaba sobre un 8% de pendiente y con algún repecho que se acercaba bastante al 15%. Luismi comenzaba a sufrir las secuelas del calentón anterior, aunque hubiera sufrido igual sin él, je, je, je, por lo cual Alberto y Luís debían esperarle en los cruces en los que podría haber equívocos.
Uno de ellos era el inicio de la toma de contacto con la tierra. Una pista con bastante buen piso, aunque con algún tramo con tierra y piedras sueltas que complicaban un poco el pedaleo y en donde se dejaba notar también la sequía que estamos sufriendo.
Volvimos al asfalto en la zona de Ourille pero sólo poder incorporarnos a la tierra que ya no abandonaríamos hasta llegar a la cima. Esta parte del recorrido tenía todo tipo de pisos, desde pista en buenas condiciones hasta zonas con piedras sueltas, desde hierba mullida a gravilla intensa, desde alguna bajadita hasta repechos con más o menos complicación. Dependiendo del tramo, Luismi se iba quedando atrás mientras Alberto y Luís subían como si no hubiese pendientes, esperando en cada cruce a la llegada del primero.
Cuando ya se divisaba la cima también nos percatamos que ese sábado había sido elegido por muchos bikers para subir hasta allí, ya que había en el mirador unos 7 u 8 que nos cruzamos luego mientras acabábamos nuestra subida. Y también desde arriba, pudimos observar a alguno más que rondaba por la multitud de pistas que rodean este pico.
Después de deleitarnos con las vistas y de avituallarnos, empezamos el descenso por otra zona, por una pista bastante rápida pero con bastante gravilla que hacía que la bajada se tomase con un poco de calma hasta la llegada al asfalto.
A pesar del sol reinante, por este lado del monte las sombras hacían que la primera parte del tramo de asfalto por la AC-1103 se tomara con algo de precaución debido a la humedad existente y también por la existencia de ganado en sus márgenes.
En cuanto este mejoró, el trazado en bajada y plagado de curvas de todo tipo hizo que los tres bikers disfrutaran como enanos hasta llegar a Bealo, donde cruzaron el río y se internaron por otra carretera secundaria evitando con ello, y durante un buen trecho, el tráfico que podría haber en la AC-305.
En la subida que lleva desde Cespón hasta pasar el Florida, Luismi volvió a dar muestras de flaqueza, quedándose bastante rezagado, aunque Luís y Alberto esperaron pacientemente en el alto a su llegada. Desde ahí siguieron hasta la Ribeiriña en donde Luís, nos enseñó la subidita que lleva a la nueva capilla de A Mercé y desde donde subimos hasta Cadreche para bajar por Rego de Horta y acabar en nuestro habitual fin de etapa de los sábados, el bar de Sanisidro.
Al entrar debimos dar una imagen de fatiga tremenda, porque Pili nos sacó de golpe y porrazo, una tapa triple de empanada que, en un plis plas, acabó en nuestros agradecidos estómagos.

Vídeo cortesía de Alberto:



Vídeo de Luismi



Track de la ruta:


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