Visita al Xiabre y al Xesteiras

Vaya dos sábados que llevamos. La semana anterior el Pico Muralla y ésta, 125 kms con sus paraditas y su canesú, desde A Pobra a Pontecesures para luego subir a la cimas del Xiabre y del Xesteiras y vuelta otra vez para casa.
Todo comenzó con las ganas que se van mascando entre la gente del club de empezar a hacer rutas más largas, así que a las 10 de la mañana, horario habitual de la matinal de los sábados, estábamos en el punto de salida para tan magna excursión.
El recorrido hasta las estribaciones del Xiabre lo hacemos por carretera, por lo cual Varela y Fran que no disponían de todo el día para hacer el trayecto, nos acompañan con las flacas hasta Pontecesures. La primera parte del recorrido lo hacemos por la carretera comarcal AC-305, pero al pasar el alto de Bexo, a media bajada en dirección a Padrón, nos dirigimos por el cruce que antiguamente nos llevaba hacia Catoira hasta un tramo de pistas asfaltadas en las que se rueda de maravilla ya que el trazado es casi llano y es muy complicado encontrar vehículos.
Al llegar a Pontecesures Fran y Varela cogieron en dirección a Padrón y el resto seguiríamos un track de unos bikers de la zona por medio de aldeas e inicialmente en dirección al Xiabre.
Lo del track fue la coña marinera de todo el día ya que ni el Garmin del Maestro ni el de Fer, que eran quienes lo llevaban grabado, se mostraban todo lo fiables que deberían sobre todo cuando los cruces se multiplicaban.
El Xiabre se ve perfectamente desde nuestra orilla de la ría, destaca sobremanera sobre los otros montes además de por su altura por las varias antenas de las que dispone en su cima.
El tiempo, además, acompañaba, ya que aunque el sol no lucía como en los últimos días, no hacía frío y eso hacia que pedalear no fuese un martirio, al menos durante esos primeros kilómetros.
La subida es bastante llevadera, sobre todo en los tramos iniciales en los que se puede llevar un ritmo bastante alto, dado el buen estado del piso y la pendiente no muy empinada. Luego hay un par de tramos con mayor pendiente, para volver a tramos más o menos rápidos donde ya se tiene unas vistas increíbles sobre la ría que desgraciadamente penalizaba la ligera neblina existente por abajo. El último tramo de subida volvió a ser asfalto, con pendientes medias del 7-8 % y con zonas puntuales sobre el 16-17.
Una vez arriba descansamos un rato, comimos algo, y otra vez a la ruta en dirección al Xesteiras.
La bajada se inicia por un cortafuego por el que, a los menos dotados técnicamente, nos hace poner pie a suelo para bajar un par de tramos que, además de la pendiente, tenían muchas piedras y tierra suelta, el resto se podía hacer con más o menos pericia.
Aún seguíamos el track y los Garmin haciendo de las suyas, a veces la cosa se complicaba, ya que parte de los tramos eran por un camino bastante estrecho con multitud de cruces en los que había que pararse para saber cual era la dirección correcta, ya que uno indicaba a la derecha y el otro a la izquierda, y eso a pesar de que en la lejanía se veía con claridad donde estaba el siguiente objetivo.
En una de las aldeas que nos encontramos en el descenso paramos a llenar de agua fresca los bidones y proseguir la ruta para iniciar la subida al Xesteiras.
La subida en sí tampoco es complicada, pero ya llevábamos unos 70 kms en las piernas y en los menos acostumbrados, como Luismi, ya se dejaban notar. La pista es ancha, con un piso muy bueno, con lo que Pate y Luís tiran para arriba sin perdón. Pero ante la falta de fuerzas algunos tenían que ir tirando de molinillo y a unos 3 kms de la cima, en un cruce a izquierdas donde la pendiente cambia bruscamente, el piso se vuelve más complicado y con las fuerzas flaqueando, Luismi decide quedarse allí, ya que le iba a ser imposible subir sin tener que echar pie a tierra. Fer decide emularle mientras Brei intenta seguir hasta arriba. No dura mucho su intentona, ya que ante la pendiente y el mal estado de la pista, con mucha tierra y piedras sueltas, y que sus fuerzas posiblemente no debían estar muy intactas, decide volver hacia atrás a reunirse con los “esquiroles” y avisar a Pate y Luís para que vuelvan y continuar la ruta.
La bajada desde allí la hacemos a la inversa y nos dirigimos hacia Pontecesures, pero llegando casi a la carretera de Caldas nos encontramos con el trazado del Camino de Santiago Portugués, por lo que decidimos seguirlo en vez de ir por carretera y así sacarnos el peligro del tráfico de encima.
El trazado es precioso, hay zonas en las que disfrutamos como enanos, a pesar de que en los repechos el terreno estaba muy suelto y además, en parte del camino hay unas zanjas, para evitar las acumulaciones de agua los días de lluvia, un poco incómodas para rodar en la bici.
Una vez en Pontecesures, recorrido a la inversa hasta casa, con la subida de Bexo amenazándonos dados los más 100 kms que llevábamos ya en las piernas cuando empezamos su subida.
Esta vez, y sin que sirva de precedente, la parada final habitual no la hicimos en el bar de Sanisidro porque nos quedaba muy a desmano, si no que lo hacemos en el Florida donde damos cuenta, en un abrir y cerrar de ojos, de un par de tortillas de patata, dos raciones de "raxo" con champiñones, dos fuentes de calamares y otra de churrasco con chorizos criollos.
Una vez llenado el buche, intentamos coger las bicis, pero entonces es cuando aparece el primer y único percance mecánico-sentimental de la jornada. Luismi lleva la rueda trasera bastante baja y encima le llama su mujer al móvil, malos augurios. Para evitar males mayores Luís desenfunda una botellita de aire comprimido y en menos de un segundo la rueda vuelve a tener consistencia y como ya es de noche y sólo Pate y el Maestro han traído luces, se colocan uno delante y otro detrás del grupetto para que no tengamos problemas con el tráfico. Según avanzamos ya por A Pobra los bikers se van desperdigando poco a poco en dirección a sus casas.

El vídeo:


El Track:


Ruta en bici 1428403 - powered by Bikemap 

No hay comentarios:

Publicar un comentario