Hace unos días, recordando viejos tiempos, me vinieron a la memoria los títulos de tres películas míticas que nunca se rodaron, más que nada porque pertenecen a nuestro imaginario cachondeístico juvenil, y que eran “Dos pistolas para un manco”, “Dos corriendo por tres calles” y “La fuga del paralítico”.
Mis hijos se parten de risa cuando se las menciono, sobre todo la última, y ahora es cuando todos estaréis leyendo esto y pensando ¡qué fumaría éste en su juventud que aún le duran los efectos! y lo jodido, con perdón, es explicar lo que puede tener en común con este blog.
Como los millones de personas que siguen semanalmente las peripecias de los miembros de Portela MTB saben, hay definidos varios grupos entre nosotros. Los de la élite, los del grupo del medio,… y los que van en el vagón de cola, que normalmente suelen ser Fer y Luismi. En cuanto la cosa se pone complicada y la pendiente supera el 6%, estos dos supervivientes natos, siguen las consignas de su mentor Bear Grylls, se ponen en modo seguro, y como si con ellos no fuera la cosa, suben a su ritmo, sin preocupaciones. Su lema es “Si hay que ir se va, pero ir pa ná es tontería”. Eso sí, es oler desde A Portela la empanada del Bar de Sanisidro, y hay que verlos bajar, sobre todo a Luismi. Para arriba parece un paralítico pero para abajo, menudo fuguillas, ja, ja, ja.
En fin, vamos con lo verdaderamente interesante de la jornada del sábado pasado que, como es norma de la casa, comenzó a eso de las 10 en el jardín. Bueno, en realidad, fue un poco más tarde, porque como viene siendo habitual en este último mes, a Luismi le ha mirado un tuerto y en cada salida le ocurre algún percance. Esta vez, al coger la bici para salir de casa descubrió que la rueda trasera estaba pinchada, así que, manos a la obra, cambio de cámara y al jaleo.
Como no había prevista ninguna ruta larga, aún nos juntamos unos cuantos bikers, como Pate, Luís, Varela, Fer, Juan, Edu, Valentín y Luismi. También se acercó Fran por allí, pero sólo en calidad de secretario para repartir las fichas federativas, ya que él iba a participar esa misma tarde en la primera prueba de la Copa Barbanza de Rally en el circuito de A Garita, en Ribeira. Pero ésta es otra historia que contaremos en su debido momento.
A lo que íbamos. Nadie parecía tener ganas de asumir el mando sherpa y dirigir a las tropas hacia el sufrimiento, así que, a petición de Fer, Edu, que lo estaba deseando, se erige en nuestro Cid y nos conduce por la senda asfaltada de la AC-305 hacia Escarabote.
Una vez allí, en la curva anterior a la subida a la Magdalena, tomamos el cruce que hay a la izquierda para adentrarnos entre las casas y subir hacia la iglesia donde giramos a la derecha en dirección al nuevo cementerio. Un poco más arriba, tomamos el desvío hacia la derecha que nos baja otra vez hacia el lugar de A Poza desde donde subimos hasta la autovía que bordeamos para bajar hasta Sealo, donde la cruzamos por el túnel y subimos entre las casas para ir recorriendo diferentes caminos hasta la cantera de Runs, bordeando el paseo fluvial del río Coroño.
Justo antes de llegar a la aldea de Pazos, giramos a la izquierda para subir por una pista que empalmará con la que nos llevará hasta el lugar de Enseño y desde allí por asfalto hasta la cascada de Cadarnoxo, donde paramos un momento para avituallarnos.
Seguimos por la carretera en dirección hasta el cruce que sube al Iroite por asfalto, donde Edu se despide y pasa a tomar el mando Fer, con poco éxito, ya que en el primer camino por el que se mete sólo le sigue Juan, mientras los demás continúan por el asfalto hasta la fuente que hay en el margen izquierdo antes de la cantera donde, además, confluye el camino por el que habían subido Juan y Fer.
Justo en la fuente comienza una subidita bastante potente pero con buen piso que nos va llevando poco a poco hacia la cumbre del Iroite. Pero no llegaremos por pista hasta arriba, si no que cogeremos un sendero entre pinos, un poco más exigente pero mucho más divertido que es el que lleva hasta el inicio de la balconada.
El grupo se ha ido deshaciendo en la subida pero poco a poco se va reagrupando en el asfalto, desde donde acabaremos la subida hasta el EVA 10.
Dado que a la tarde nos queremos acercar a animar a los nuestros en la carrera de Ribeira, decidimos tirar desde allí ya hacia el bar, recorriendo la parte baja de los Chans.
La pista en esa zona está muy pesada debido a todo el agua que ha caído en el último mes, pero poco a poco vamos avanzando, empalmando con la subida de Vitres y llegando a la Portela, donde Luismi activa el chip prodigioso, le desaparece la parálisis permanente y se lanza hacia abajo, como alma que lleva el diablo, a la caza y captura de la empanada.
El grupo se ha vuelto a partir con Luís, Luismi, Juan y Valentín en cabeza, mientras Pate, Fer y Varela se lo toman con más calma. Afortunadamente para Luismi, hoy no le toca pinchar, si no que le pasa el infortunio a Fer estrenando sus flamantes nuevas ruedas con un llantazo.
Mientras los cuatro primeros degustaban, al calor del amor en el bar, el pedazo plato de empanada de atún que les sirvió Pili, el resto se encontraba en pleno “ménage à trois” mecánico ayudando a Fer. Cuando llegaron a la mesa, la empanada había desaparecido como por encanto o “como como un lobo y a dos carrillos”, así que Pili volvió a servirnos otro plato de empanada, pero esta vez de bacalao con pasas que, casualidades de la vida, también voló. Y del bar a casa, chupando un frío de la leche, para ducharnos, comer y acercarnos hasta Ribeira.
El track de la ruta
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