RITMO DIABÓLICO

Sábado por la mañana. Toca diana a las 09:00 hora zulú. Desayuno, preparación de la mochila, cogemos la bicicleta y poco antes de las 10:00 nos dirigimos hasta el jardín para reunirnos con el resto y llevar a cabo nuestra ruta semanal.
Esta vez sólo somos cinco, Pate, Luís, Pas y Juan. Un momento, no dije que éramos cinco.
Sí, pero Luismi, al ver con quien iba a salir estuvo a punto de desertar. Llevaba un par de semanas bajo de forma, sin sensaciones y cada vez que un repecho se le ponía delante las pulsaciones subían sólo de pensarlo. Pero, como es verano y la gente no tiene muchas ganas de esfuerzos, lo convencen para que sea él quien dirija las operaciones, así que, a las 10:10, y ante la perspectiva de que nadie más se acerque, el sherpa nos pone en marcha en dirección a Sanisidro.
El ritmo es bajo en comparación con lo habitual de nuestros sábados, pero ideal para que las piernas, los pulmones y alguna otra parte del cuerpo entren en calor.
Una vez en Sanisidro, Luismi decide iniciar la también habitual subida a la Portela, que le servirá de referencia para saber cómo va de sensaciones. Los cuatro jinetes del Apocalipsis que le acompañan deciden seguir su ritmo suave, con alguno que parece que le va dando el sueño y que se quedará en cualquier momento dormido al manillar.
Una vez arriba y visto que no iba mal de fuerzas, el sherpa invita al resto a bajar hasta Mosquete y desde ahí tirar hasta la Hijaputa (Lidón) y comprobar si dichas sensaciones buenas son reales o si lo acabará pagando en el largo recorrido de ésta.
El ritmo seguía siendo suave, el ambiente del quinteto tranquilo, daba para charlar sin agobios y Luismi seguía, cual pastor de rebaño de cabras, dirigiéndolos con mano firme hasta el inicio de la subida.
Una vez allí, y pese a que Luismi les invitaba a desplegar sus facultades sobre la bicicleta y que le esperasen arriba, los cuatro deciden seguirle durante buena parte del trayecto, dándole Juan algún corto relevo para que no se agobiase tanto de ir tirando del grupo. Pero a Juan no le aguantaba el cuerpo, así que empezó a tirar un poquito más hasta despegarse del grupo y proseguir en solitario la escalada.
La subida a ese ritmo se hace larga, las curvas del final te lían la cabeza y ya no sabes cuál es cual pero poco a poco se va llegando hasta arriba. Pero en el último repecho, el más suave posiblemente de la subida, Luís y Pate deciden intentar un demarraje en plan cachondeo con la intención de despegarse de Luismi, como éste no hace intención en un primer momento de seguirles deciden bajar el ritmo, ante lo que Luismi les responde con la misma moneda dejándolos clavados por el inesperado ataque.
Ya arriba, aprovechamos para comer algo, beber y coger hacia la izquierda por la carretera en dirección a las aldeas de A Graña y Noceda, pero justo antes de llegar tomamos la pista que hay a la derecha y decidimos hacer la balconada desde allí hasta la Curota.
El ritmo sigue siendo tranquilo, sólo estropeado por un sobresalto causado por la aparición de un todoterreno grande a la salida de una curva y por las demostraciones de destreza de Pas con su niner, sus progresos en el difícil arte del equilibrio dinámico están siendo impresionantes.
Pocos antes de llegar a la “encrucillada do Enxa” un ligera lluvia comienza a hacer su aparición, ante lo cual nos paramos un momento para dilucidar si ponernos o no los chubasqueros, pero ante lo suave que era la precipitación, decidimos seguir casi todos sin ponerlos.
Durante el último tercio de la balconada el ritmo fue in crescendo gracias a que Luismi se iba encontrando cada vez mejor y a que, con la edad, se está volviendo más diesel.
Una vez llegados a la carretera giramos a la izquierda y nos dirigimos hacia la Portela para iniciar desde allí el descenso hasta el bar de Sanisidro, con Pas dando muestras, otra vez, de su cada vez mayor dominio de la Flash. Esas ruedas de 29 y esa Lefty dan mucha mayor seguridad, no cabe duda.
El Pate'r bendiciendo la mesa:
Pas no le iba a la zaga y comenzó a presinarse con Luis ojo avizor para aprender cómo hacerlo:
Mientras Juan en lo único que pensaba era en su despedida de soltero:
Con la tapita de empanada y el refrigerio para todos, dimos por acabada la ruta más suave de los últimos tiempos. Pero que no se vayan acostumbrando porque Luismi volverá, algún día, pero volverá, ja, ja, ja.

El track

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