Si la semana pasada era Fer quien estaba emperrado en subir el Confurco en el sentido inverso al habitual, esta semana le tocó el turno a Luismi que no había catado aún la subida de Casamea.
Así que a la hora zulú habitual nos juntamos en nuestro punto de encuentro, también habitual, Alberto, Edu, Fer y Luismi, Y para no perder las buenas costumbre, Aki se hacía de rogar, por lo que los cuatro jinetes del Apocalipsis decidieron iniciar la marcha con dirección a Boiro para ver si nos lo encontrábamos por el camino, cosa que así ocurrió justo al coronar la Angustia.
Con los cinco juntos, pero no revueltos, proseguimos nuestro pedaleo por Escarabote para coger luego hacia las pistas de la parcelaria de Runs, Coroño, etc… donde Edu, dando otra vez muestras de su carácter de “sherpa tolo”, nos llevó por tramos en los que los pulsómetros se disparaban dada las pendientes del trazado. Vamos, lo ideal para luego subir Casamea, y si no que se lo pregunten a Luismi que iba haciendo la goma de mala manera.
Pasando la cascada de Cadarnoxo, quedamos en no parar antes de la subida para avituallarnos, si no que lo haríamos arriba, así que en cuanto tocamos otra vez pista de tierra vuelta a sufrir. El inicio es el mismo que el de la Hijaputa, o subida de Lidón para los no iniciados, pero justo en el primer descanso giramos a la derecha y una pared de piedras y tierra suelta se presenta delante de nosotros, así que molinillo y para arriba, a ver hasta donde llegamos.
Delante se escapan Alberto, Aki y Fer, quedándose un poco más atrás Edu y Luismi.
Pero dado que el firme no está en las condiciones necesarias, mucha piedra y tierra suelta y la única zona por la que se puede pedalear en condiciones es del ancho de una baldosa, la cosa se va poniendo difícil, los de delante tienen que echar pie a tierra, la bici de Aki parece incluso “il cavallino rampante”, y por detrás, sólo Edu mantiene el tipo, de hecho es el único en completar el inicio de la subida sin poner pie a tierra, mientras Luismi, que venía castigado por los repechos anteriores, acaba también por tener que empujar la bici.
A partir de la primera curva a derechas la cosa mejora bastante en cuanto al firme, exceptuando un tramo corto que también tiene piedras sueltas y zonas muy estrechas por las que pasar, pero la pendiente sigue picando bastante para arriba.
Aprovechando que Alberto llevaba una rueda baja y que paró para darle aire, los demás dimos cuenta de nuestras provisiones con la ropa empapada de sudor y con una neblina que se nos metía en el cuerpo.
Vuelta otra vez al pedaleo, un poco más arriba nos encontramos a otra biker con problemas mecánicos, como no podíamos ayudarle, nos despedimos de él para seguir con la ascensión.
Llegamos a una zona llana en la que nos encontramos con la posibilidad de seguir por pista ancha a la izquierda o de coger, un poco más adelante, un camino entre pinos, con zonas de raíces. Edu y Alberto deciden subir por la izquierda mientras Fer, Aki y Luismi tiran hacia el camino de raíces, quedando en vernos en la balconada.
El camino de las raíces es muy entretenido, pica continuamente para arriba pero se hace bien, alguna dificultad técnica debido a la proliferación de raíces o alguna piedra atravesada, pero que las solventamos sin ningún problema.
Una vez llegados a la carretera, la cruzamos e iniciamos la parte de la balconada que nos va a llevar por debajo del EVA 10 para reencontrarnos con Edu y Alberto. El inicio lo hacemos con calma, con Aki haciendo de las suyas, pero poco a poco nos vamos animando y al final acabamos en plan contrarreloj con Luismi recuperado de los sofocones iniciales, aunque con las pulsaciones por encima de 180.
En el punto de reunión ya estaban esperando los dos otros dos componentes del grupeto, pero cuando llega Luismi y mira para atrás no ve a nadie pegado a él, a lo lejos se divisa a Aki dándole la vuelta a la bici, había pinchado, y un poco más atrás aparece Fer que también había tenido algún problema mecánico.
Nos dirigimos hasta el lugar donde había parado Aki, y mientras repara el pinchazo, decidimos subir hacia A Graña y seguir por la parte baja de los Chans, empalmar con la subida de Castelo de Vitres hacia la Portela y bajar hacia el bar.
Pero, comenzada la bajada, Edu, que tenía ganas de experimentar nos lleva hacia un tramo de bajada que ya conocíamos, pero que dudábamos estuviese ciclable a causa de la vegetación. Edu pasa delante, seguido de Aki, pero Alberto se para al encontrar silvas (zarzas) como para cortar en pedacitos a un elefante, y Fer y Luismi que venían detrás lo secundan, retrocediendo para retomar la bajada habitual de la Portela.
Pero las aventuras no finalizan aquí. Llegando a la última curva cerrada, al final de la bajada, cogemos el camino que hay a la derecha, donde Alberto se baja en marcha a coger amorotes pero sin consecuencias.
Al llegar a la carretera, Fer nos dice que cojamos en dirección hacia el puente de As Taras, pero que luego nos llevaba por una bajada divertida. Edu decide hacerla en plan masoquista, primero, una rama se levanta y le golpea en la espinilla, haciéndole parar por el dolor, y posteriormente y ya en el tramo nuevo que nos decía Fer, otro trozo de árbol decide hacer equilibrismo entre la rueda de su bici y el cuadro. Parecía que llevaba dos manillares, uno por encima y otro por debajo. Desgraciadamente la GoPro se había quedado sin batería y no pudo recoger esos momentos mágicos del presidente cagándose en el puñetero palo.
La bajada es muy divertida, sin zonas extremadamente técnicas, pero muy interesante para grabar vídeos con trípode.
De ahí hasta el bar a ritmo suave, con algo de lluvia empezando a caer, y luego disfrutando de la empanada de atún que nos sirvió Pili para recuperar fuerzas después de los repechos y de los sustos.
Track de la ruta
El vídeo
¡Bufff! Aún tengo tres más para editar. Poquito a poco.
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