UNE RANDONNÉE AU BORD DE LA MER…DE

Que traducido al idioma de Cervantes vendría a ser “Un paseo al borde de la mier…”, je, je, je y más adelante explicaremos el por qué.
Debido a la lluvia que había caído el viernes 28 y las perspectivas que windgurú nos daba para el sábado 29, y que no se cumplieron, varios de los miembros de Portela MTB cambiamos la habitual salida de los sábados al domingo 30, ya que las previsiones para ese día eran más halagüeñas.
El horario y el punto de reunión eran los mismos que habitualmente, así que hasta allí nos acercamos Fer, Edu, Fran y Luismi. Los ánimos no estaban muy por labor de sufrir, así que empezamos el recorrido por la carretera en dirección a Ribeira con un ritmo tan “asfixiante” que si llega a soplar el viento en contra iríamos hacia Boiro de espaldas.
En el Campiño, cogimos el cruce a la derecha que nos lleva hacia la Mirandela y posteriormente otro a la izquierda que nos lleva hacia la zona de Carolo, en Palmeira. Justo al empalmar con la carretera que lleva a Chacín, tomamos por el camino que hay a la derecha para volver hacia la zona de las Carrouchas. Pero la vena de sherpa de Edu nos hace desviarnos justo antes del puente por un camino que hay a la izquierda, con el terreno bastante blando a causa de la lluvia de las últimas semanas, y que acaba en un pinar, aún con restos de un incendio que lo quemó el pasado verano, por el que atravesamos y empalmamos con uno de los caminos que discurren por la zona de la autovía.
Decidimos seguir hacia el norte, para atravesarla por un túnel que hay unos metros más adelante, cuando, al empalmar con otra pista que viene por detrás del polígono, unos gritos de entusiasmo. Era Aki, y no gritaba porque se hubiese perdido, es que iba en dirección a San Alberto y coincidió justo con nosotros en ese punto, así que lo acogimos con cariño en nuestro seno, y seguimos en amor y compañía hacia el mismo destino.
En eso que, el espíritu sherpa que flotaba por el aire, insufló en Fer sus efluvios, y en el momento en que llegamos a la carretera que sube a Moldes, nos invitó a seguirle por un camino que serpentea por un pinar, para luego empalmar con el camino que nos lleva desde allí hasta San Alberto.
La ruta sigue yendo a ritmo suave, pero justo después de encontrarnos a unos cazadores, Aki pincha y debemos parar para que solucione el entuerto. Como Fer ya tenía pensada la siguiente jugada, Luismi decide adelantarse unos metros para poner la cámara en el trípode y grabar una zona de bajada que hay un poco más adelante y que el vídeo sea algo diferente a lo habitual.
Una vez resuelto el pinchazo y grabada la bajada, nos dirigimos otra vez hacia el norte para empalmar con la pista que baja hasta el hospital, pero imbuidos por algún tipo de espíritu endurero, al poco de iniciar el descenso nos desviamos a la izquierda para atravesar el pinar por un tramo utilizado más por los avezados downhilleros que por nosotros, los rallyeros, pero que es bastante entretenido y sin mucha zona técnica, a excepción de los dos puntos en los que incide en la pista principal, que son un poco verticales, sobretodo el primero, en el que decidimos no arriesgar y bajarlo con las bicis de la mano.
No así el segundo, en el que casi todos lo pasamos sin problemas, aunque algunos con más estilo que otros.
De vuelta entonces en la pista, decidimos tirar en sentido inverso para, en la primera curva cerrada a izquierdas, seguir de frente por un camino que nos llevará hasta la altura de la gasolinera de Salmón.
Cruzamos la carretera y poco después de dicha gasolinera tomamos un camino a la derecha por un tramo divertido, embarrado y en el que Aki, para disgusto del cámara que no lo pudo grabar, decidió darse un revolcón en una lameira y cuya imagen embarrada, cual cochino recién incorporado de un retozón en la mier…, da título a esta crónica. Un poco más adelante, casi chocamos de frente con otro grupeto de bikers y encabezado por otros dos miembros de los Portelas, en este caso Amador y Alberto, que también habían salido a disfrutar en sus bicis de una buena mañana de domingo.
Después de los correspondientes saludos, nos separamos ambos grupetos tal cual veníamos, dirigiéndonos nosotros hacia el mirador de A Pedra da Ra, no sin antes dar unas vueltas por algunas pistas de la zona de Artes.
La subida al mirador se fue haciendo a un ritmo relajado, para algunos más que para otros, y una vez arriba enfilamos hacia el parque periurbano de San Roque, entrando por la zona de la capilla y dándole un rodeo completito para bajar luego desde Deán hasta el centro de Ribeira.
Una vez abajo, y después de berrear con unos cuantos personajes “ilustrados” mientras llegábamos a la rotonda de la lonja, seguimos por carretera en dirección a casa, pero al llegar a las Carolinas, decidimos tirar por el paseo marítimo que lleva hasta el camping de Coroso, subir por allí, cruzar la playa de Río Azor, subir hasta el alto de Palmeira por Insuela, bajar por la cuestecita empedrada de la Iglesia y después de bordear el puerto de Palmeira, parar en A Corna para tomar un tentempié en el “Che Vení”, dado que se nos había echado el tiempo encima para llegar hasta nuestra parada en el bar de San Isidro.
Seguro que pensabais que la ruta acabaría volviendo a nuestras casas en plan Tito, Piraña, Javi, etc… tarareando la cancioncilla de Verano Azul. ¡Pues no!, porque Edu decidió cascar el desviador de su bici (debió darle envidia la single speed que se había montado Luismi) y tuvimos que parar a tronzar la cadena para que pudiese llegar a casa.
Aún así, y ya en el alto del Campiño, tuvo que llamar a grúas “Fran Guillán” para que lo remolcase hasta su casa ya que la cadena le seguía dando la tabarra sin parar. El resto, nos fuimos en dirección a nuestras casas diluyéndonos por la carretera cual azucarillos en café caliente.

Track de la ruta


Vídeo de la ruta

Subiéndose a Youtube

No hay comentarios:

Publicar un comentario