APROVECHA AHORA QUE NO LLUEVE

Pasando por la iglesia de Sansidro
Pues sí, porque menudo mesecito de marzo que hemos “disfrutado” para salir en bici. Temporales, tormentas, froallo (orballu, xirimiri, calabobos o como le queráis llamar) continuos que te quitaban las ganas de salir a pedalear.
Y la semana santa tampoco es que haya venido mejor, ha sido en consonancia con el mes, pero menos mal que nos dejó un par de días en los que poder hacer una escapada, así que, el jueves nos reunimos en el jardín, Luís, Pate, Julini, Teira y Luismi, a los que luego se unirían en Roupión, Fer y Valentín.
La mañana salió con la temperatura ideal para no pasar ni frío ni calor, pero con mucha humedad.
Aún así, y dado que hubo que recoger a las dos ovejas descarriadas en Santa Cruz, decidimos tirar hacia la casa de turismo rural de Entrerríos y desde allí dirigirnos a Sanisidro, momento en el cual Pate toma el mando de las operaciones y nos lleva por la iglesia parroquial para tomar un camino que baja hacia Rego de Horta.
Bajando hacia Rego de Horta
Desde allí conectamos con la pista que lleva al Castro da Croa, o la antigua piscifactoría, pero que también, a través de un sendero, nos sube hasta la capilla de la Guadalupe en Os Casás. Como el cuerpo ya se había calentado, seguimos por el repecho de hormigón que hay pegado a la capilla y que nos lleva, hacia una corredoira que desemboca entre el Freixo y Ouxo.
Cogemos en dirección a este último lugar para cruzar la autovía por el puente que hay allí y seguir en dirección hacia el campo de fútbol de A Mina, en Escarabote, pero justo cuando vamos a empezar la bajada que nos lleva hasta él, Luís nos desvía por una pista perpendicular a la autovía y que empalma con la que viene desde la sobreira centenaria de Vilariño.
Para hacer la cosa más amena, antes de llegar a la carretera que sube a Montaña, nos desviamos a la derecha por un camino que atraviesa un pinar y que nos deja un poco más abajo, justo frente a la pista que nos lleva por debajo de Mosquete. Pero, justo en el último repechito, Fer sufre la rotura de su cadena, lo que nos obliga a parar hasta que la repara y que también hace que nos tengamos que poner los chubasqueros porque cae una ligera llovizna.
Una vez reparado el desaguisado, continuamos hacia la zona de Runs, desde donde proseguiremos por asfalto por la carretera que sube a Mosquete, pero justo al pasar el puente que hay un poco más arriba, y dado que Valentín venía con nosotros, nos desviamos a la derecha por un camino para peregrinar hasta uno de los sitios en los que el propio Valentín dejo un recuerdo para la posteridad en forma de vídeo y que, por respeto a los dioses del MTB, no lo colgaremos en el blog.
Desde allí subimos por una pequeña y para nada dificultosa trialera que nos deja en la pista de tierra que va desde un poco más debajo de Mosquete hacia Cubelo. Dada la cantidad de agua caída esta temporada, la pista parecía el taller de un alfarero por la cantidad de barro y arcilla que había en todo el recorrido.
Los ánimos no estaban por hacer grandes recorridos así que, para acortar y dirigirnos al bar, las mentes calenturientas decidieron subir por Cubelo de tierra 2 y luego empalmar con la subida de Castelo de Vitres para regocijo de Julini y de Luismi que venían casi arrastrándose. De hecho, Luismi decide tomárselo con calma visto que las piernas no le responden mientras los demás van tirando hacia adelante.
Además de lo pesada que está la pista con zonas “plastilinosas”, el agua de la lluvia ha dejado también su marca en el terreno y justo donde la pendiente se pone más dura, la gravilla y los surcos hacen que algunos tengan que echar pie a tierra y empujar la bici unos cuantos metros hasta otra zona desde la que poder volver a subirse a ella.
Una vez reunificados, cuales dos Alemanias, en la carretera que sube al Iroite, Fer decide tirar para arriba por la subida de Castelo de Vitres, seguido por los demás, con Luismi, otra vez en último lugar.
La pista, en su primera parte, que es la más dura en cuanto a pendiente, también es la que tiene el piso más blando, y va haciendo mella en Julini, que se va descolgando de los otros, hasta que engancha con Luismi. Pero, el poco tiempo que lleva saliendo con la bici esta temporada le afecta más de la cuenta, y el último tramo del inicio tiene que hacerlo empujando la bici con Luismi esperándole para intentar acabar juntos el resto de la subida.
A lo lejos se van viendo al resto del grupeto, bueno, no a todos, porque Pate ya casi ha llegado a arriba cuando los dos últimos inician el siguiente repecho de la ascensión. De hecho, baja otra vez hasta donde están ellos para animarles en la subida, cosa que estos agradecen y que les da ánimos para acabar la subida.
Arriba el aire da con más fuerza y refresca bastante, pero como ya sólo quedan unos repechitos para llegar a la Portela, todos nos vamos dejando ir, algunos con más pena que gloria, hasta allí, porque sabemos que a partir de ahí es todo cuesta abajo y al final nos espera Pili con sus tapas, esta vez con unos platos de jamón serrano, que ayudan a recuperarse mucho mejor después de un rutilla durilla.

Track de la ruta


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