I BTT Maratón Compostela

El segundo fin de semana de Mayo Pate y un servidor, Pas, nos desplazamos hasta Santiago para participar en la primera edición del BTT Ciudad de Compostela.
La prueba constaba de un circuito de unos 11 km por las inmediaciones del Monte del Gozo pudiendo participar en varias modalidades, maratón de 6 horas, de 12, de 24, individual, parejas, equipos de 4...decidiéndonos nosotros por el maratón individual de 6 horas.
Con que pocas ganas de bicicleta me levanté ese día! Un inoportuno resfriado me estuvo machacando durante toda la semana pero especialmente el día anterior a la prueba, en el que estuve con un buen trancazo durante todo el día, congestión nasal, estornudos, dolor de cabeza...lo que hizo que me dopase la noche anterior con un frenadol con la esperanza de que la cosa mejorase al día siguiente, pero la verdad es que durante el desplazamiento en coche desde Vigo la cosa pintaba chunga, ya que seguía sin encontrarme en muy buenas condiciones.
Pero increíblemente la cosa cambió nada más llegar al Monte del Gozo, nada más meterme en faena con la preparación de los bártulos, el montaje de la bici y recogida la dorsales me fui encontrando mejor y animando con el ambientillo que nos encontramos en la zona de los motor home de los diferentes equipos.
A las 12 de la mañana se puso en marcha la prueba y hemos de decir que el circuito nos ha encantado, ya que tenía un poco de todo, bajadas rápidas, impresionantes senderos a través de zonas de arboleda autóctona, subidas jodidas, zona de pisteo y a nivel técnico sólo destacar un escalón de tierra que fue complicándose con el paso de las horas y que hice a patas en todas las vueltas menos en una, en la que en un alarde de valentía y aprovechando la ausencia de fotógrafos que pudiesen hundir mi reputación, decidí lanzarme a superar el desafío que la organización había puesto en mi camino, con el resultado esperado...estampado contra el único árbol que había en la bajada!
Salvo ese percance, que por suerte no produjo daños de consideración, las vueltas transcurrieron sin apenas incidentes, salvo un par de pérdidas por problemas en la señalización del recorrido, el reencuentro con Pate que se había perdido en la primera vuelta y había estado de excursión por el monte durante casi media hora y las comeduras de tarro al ser la primera participación en una prueba de este formato, ya que al ser por vueltas me daba la sensación de que el tiempo pasaba mucho más lento y las 6 horas se me hacían interminables.
Pero al final, tras más de 5 horas y media de recorrido, en el que había dado 9 vueltas, acumulando casi 100 km y unos 3000 metros de desnivel acumulado en subida y tras confirmar con varias personas que no podría dar ninguna vuelta más ya que llegaría pasadas las 6 horas en una hipotética nueva vuelta, di por finalizada mi primera participación en esta prueba, aprovechando al llegar a meta para reponer energías en el avituallamiento mientras no llegaba Pate y pegarle un lavado a la bici para sacarle el barro que se había acumulado.
En la búsqueda de las mangueras estaba, tras casi 10 minutos vagueando por la zona de meta cuando aparece uno de los jueces de la prueba:
-Mira, que si quieres puedes dar una vuelta más, que pasaste por meta antes de las 6 horas...
-Ufffff, que pocas ganas ahora que paré, casi mejor que paso que ahora ya no me apetece ná!
Y en esas estaba, escaqueándome hacia las mangueras cuando otro de los jueces fue más convincente y por darle un toque más cinematográfico a la crónica la conversación vendría a ser algo así:
-Acaso eres un gallina McFly?
-A mi nadie me llama gallina!
Resumiendo, que tocó pegarle otra vuelta al circuito y además rulando con desgana, lo que hizo que el cansancio se multiplicase e incluso los síntomas de la gripallada parecían que querían volver a dar la lata, pero bueno, al final el honor de Portela Mtb no se mancilló, completando la 10ª vuelta y consiguiendo el 9º puesto en la clasificación de la prueba.
Para poner el broche de oro a la jornada nos desplazamos al restaurante Don Paquito de Boiro, donde nos pegamos una buena cena en la que tuvimos la grata compañía del Maestro quien quiso conocer de primera mano nuestra impresiones y como no, meterse una buena churrascada.


SÓLO FALTÓ VICKIE EL VIKINGO

Domingo 11 de mayo de nuestro señor. Se celebra la 2ª Edición de la Ruta Vikinga de Catoira y parte de las huestes portelianas se desplazan hasta allá para disfrutar de la ruta, de los manjares, de las bebidas y de las vistas, je, je, je.
A eso de las 08:30 horas unos cuantos de nosotros habíamos quedado a lado de la estación de autobuses de A Pobra para reunirnos e ir todos en procesión, así que allí aparecimos a la hora señalada, Txotxe, David, Pako, Fer, los Blanco Brothers (Santi y Ángel) y Luismi. Por otra parte, Varela, Alberto, Alejandro y Juan, se desplazaron por sus medios. Además, en Catoira nos esperaba el progenitor de los Blanco Brothers, que también se había apuntado a la aventura.
Después de recoger nuestros dorsales, nos dispusimos todos juntos para la salida de la ruta que se retrasó unos minutillos, pero nada sin importancia.
Los primeros kilómetros de calentamiento van discurriendo por el centro de Catoira para irnos, poco a poco, llevándonos hacia las estribaciones del Xiabre. Los más de 300 bikers que nos habíamos juntado en esta edición serpenteábamos por las pistas, caminos y carreteras de la zona y ello provocaba, en algunos momentos, retenciones de tráfico, pero de tráfico de bicicletas, sobre todo en las zonas con alguna complicación, como era el camino que bordeaba los molinos de viento de Abalo y en el que se vio alguna caída sin importancia.
Como decíamos, la ruta, en sus primeros 20 kilómetros, circulaba por los caminos que bordean la ladera del Xiabre y en ella se sucedían falsos llanos con algunos repechos de impresión que hacían que a algunos los pulsómetros les echasen humo, si no que se lo digan a Luismi que llegó hasta las 197 ppm en uno de ellos.
Entre medias, la organización había dispuesto dos avituallamientos que vinieron de perlas dada la buena temperatura con la que nos había regalado un día despejado ideal para pedalear. El primero de ellos al lado de la capilla de San Cibrán, a la sombra de la arboleda que la rodea y en la que unos gaiteiros alegraban la parada. El segundo de ellos estaba justo después de cruzar la carretera que lleva a Caldas y a partir de ahí quedaba muy poco por subir para después empezar con la diversión.
Después de aprovechar para tomar también un refrigerio en este segundo avituallamiento, proseguimos la marcha con los Blanco Brothers causando sensación durante todo el recorrido por su tándem.
Después de un par de repechitos no muy exigentes, uno de ellos relativamente técnico al tener que subir por una zona de rocas, iniciamos el descenso por un sendero entre pinos que nos llevaba hasta una pista más ancha, pero justo en ese momento, cuando Luismi intenta pedalear se da cuenta de que algo va mal, le "patina el embrague" lo que quiere decir que el buje de su rueda trasera ha dicho basta sin avisar y que le deja tirado a mitad de ruta, después de haber sufrido en todas las subidas y justo cuando iba a empezar lo más divertido.
A pesar de los intentos de Ángel de querer revisar la avería, Fer da muestras de su sabiduría mecánica indicándole que no hay nada que hacer y que hay que avisar al juez para que proceda al levantamiento del cadáver. Sólo faltó Vickie el Vikingo para que, frotándose la nariz, nos diese una solución a esta avería.
La buena organización de la ruta se pudo observar otra vez cuando, en pleno cabreo de Luismi por el pasamiento de su querido buje, dos bikers del club organizador se detienen y proceden a llamar a un vehículo de asistencia para que pase a recoger los restos mortales de la Focus, unos metros más abajo, en una pista diferente por la que ya habíamos pasado alguna vez en sentido contrario, en alguna de nuestras visitas al otro lado de la ría.
Dado que la crónica la escribe el sufridor de la avería, seguiré contando mi aventura a la espera de que a alguno del resto de los portelas se decida a contarnos lo que ocurrió de allí en adelante.
.......... por aquí seguiría la historia interesante.
Como decíamos, Luismi bajó hacia otra pista dónde estuvo esperando unos minutos a que llegara la furgoneta que le iba a recoger para acercarlo hasta el polideportivo de Catoira. Mientras esperaba, su cabeza no dejaba de pensar en el percance, en que no pudo acabar la ruta y disfrutar del resto del recorrido.
Justo antes de llegar el vehículo, un quad de la organización que pasaba por allí se paró para preguntarle lo que le había pasado y hacerle compañía mientras tanto. Después de poco más de 5 minutos, llegó la furgoneta, cargaron la bici dentro y prosiguieron hacia abajo.
Gracias a que a Luismi no le falta labia y al conductor de la furgoneta tampoco, el trayecto se estaba haciendo corto, pero dados los percances sufridos por algunos otros participantes, alguno de los cuales tuvo que ser ingresado en el hospital por fractura de clavícula, tuvieron que parar a recoger a una chica, familiar de uno de los heridos para acercarla hasta la llegada y que pudiese ir hasta al hospital.
Una vez abajo, Luismi guardó la bici en la furgoneta de Santi, y subió hasta el polideportivo para ducharse, donde se encontró ya con el resto de los portelas que había llegado y acicalado a la espera del resto del pelotón.
Después de un rato de espera, hicieron aparición, se fueron a duchar y cuando estuvimos reunidos todos, nos desplazamos hasta el restaurante A Pedra para devorar con ansia las pizzas tamaño vikingo que sirven allí y que duraron lo que se tarda en decir "aguirrezabalagairuretagoienabelausteguigoitia".
Luismi, parafraseando a Arnold Schwarzenegger, en la primera película de Terminator, comentó "¡volveré!", pero no sabemos si se refería a la III Ruta Vikinga o a devorar las pizzas a A Pedra.

Las fotos de esta crónica, excepto las de las pizzas, las hemos obtenido de l@s fotógraf@s que acudieron a la II Ruta Vikinga. Desde aquí agradecerles su gran trabajo por la cantidad y, sobre todo, la calidad de las fotos: Gloria Silva Coira, Jennifer Rey Miguéns, Isma Llerena Moreiras, Noa Silva, Benjamin Ramos Romero (si falta alguno que nos disculpe y nos lo haga saber para incluirlo en la relación)


Track de la ruta (versión Luismi)


Track de la ruta del resto


Vídeo de la ruta

II Ruta Vikinga from Luís Miguel Domínguez on Vimeo.

101 KM PEREGRINOS 2014

Una buena representación de la peña se ha desplazado el primer fin de semana de mayo a Ponferrada para participar en la edición de este año de los 101 km Peregrinos, reuniendo a una tropa bastante numerosa en tierras castellano leonesas, ya que se juntó un buen grupeto con los hermanos Tubío, Luis y José, Teira, Matías, Miguel, Juan José, Paco y Pas.
El centro de operaciones se situó en un pueblecito con mucho encanto a 7 km de Ponferrada, Molinaseca, donde nuestros valientes tenían su alojamiento en la Casa Rural Pajarapinta, una casa acogedora donde nos trataron de vicio y que se convirtió en un basecamp barbanzano, ya que también se encontraban en la misma los integrantes de la peña Os Saltamontes de Ribeira.
Tras una noche en la que los nervios de afrontar un desafío de esta magnitud dificultó a nuestros compañeros la conciliación del sueño y un desayuno con el que cargaron la energía necesaria para batirse con los colosos con los que iban a bregar durante el día, pusieron rumbo a Ponferrada para tomar la salida junto a los 1500 bikers que se habían inscrito a la prueba. Ahí va la crónica de Pas...
Segunda participación en esta prueba, la verdad es que la primera vez que había ido me quedé con mal sabor de boca y dije que no volvía (se nota que soy un hombre de palabra...), ya que a pesar de que me lo había pasado de vicio con Fran y con Matías, el barro había conseguido desquiciarme (101 KM Peregrinos 2011) y no había disfrutado en ningún momento de esta prueba que con el paso de los años se ha convertido en uno de los clásicos para los amantes de la bici de montaña.
En la salida estábamos fatal situados, habíamos llegado bastante tarde y no sé decir a ojímetro cuanta gente tendríamos delante, pero más de 500 personas seguro, por lo que nada más iniciarse la prueba nuestros temores se materializaron a las primeras de cambio en forma de continuos tapones, que hicieron que tuviésemos que patear la mayor parte de las subidas de los primeros 20 km y perdiésemos un montón de tiempo.
Una vez que la marcha se lanzó la verdad es que me encontré con muy buenas sensaciones, iba a un ritmo constante que me permitía ir adelantando continuamente a gente y además hacía un día perfecto para la práctica del mountain bike (bueno, algo de calor de más en alguna subida...) que hacía que el terreno estuviese en perfecto estado.
En estos tramos iniciales fui encontrándome con mucha gente de la zona, como José Tubio y Miguel y más adelante con un grupeto en el que marchaban a poca distancia Santi de RsBikes, Javi y Andrés del Curotiña y Nelo de Sporbike.
La verdad es que los Peregrinos es una prueba muy diferente al Soplao, con un terreno rompepiernas que no te permite un momento de respiro, ya que es un continuo sube-baja que apenas te permite dosificar, con subidas más cortas pero más explosivas, alguna de las cuales te obligan a patear un rato y bajadas en las que hay que poner los cinco sentidos para reducir el número de sustos, ya que alguno lo tienes asegurado.
En una de esas subidas duras del recorrido, un cortafuegos vertical que pateareon gran parte de los participantes, visualicé a lo lejos a Luis, con quien me encontré en el avituallamiento previo a la subida de la Braña, la subida más larga del recorrido que te ponía a más de 1000 metros de altitud y cuya ascensión se veía recompensada con unas impagables vistas de las Médulas desde el Mirador de Orellán.
La parte final de la prueba es preciosa, atravesando impresionantes senderos con castaños centenarios y unos pueblos de postal, aunque a pesar de ello se hace bastante jodidilla, ya que a los km acumulados hay que sumarle unos buenos repechones, unas bajadas con algunas zonas de piedra suelta que se complican con la pérdida de reflejos por la falta de fuerzas y además todo ello aderezado con los problemas en la transmisión debidos al polvo y al barro acumulado, que hacía que en muchos momentos pareciese que una banda de grillos hubiera montado su local de ensayo en el hueco de las bielas.
Al final, tras superar increíblemente con bastantes fuerzas la parte final paralela al río, entrada triunfal en meta con un tiempo de 6 horas 36 minutos en el puesto 76 de la clasificación general.
Todos los integrantes de la expedición consiguieron terminar la prueba sin percances de ningún tipo, lo que les llevó a celebrarlo por todo lo alto en Casa Ramón, donde dieron cuenta de unos exquisitos chuletones que aderezaron posteriormente con alguna bebida espirituosa en los selectos locales de Molinaseca.
Como conclusión final decir que con buen tiempo la cosa cambia, la prueba me ha encantado y repetiré seguro, aunque como salga un día de lluvia y barro la única cuesta que subiré será la de las escaleras de Casa Ramón...