LA ENFERMEDAD DEL SHERPA TOLO

Hace ya unas cuantas crónicas, allá por enero del 2013, habíamos diagnosticado la Sherpatolemia como aquella enfermedad por la cual, la persona que decide tomar las riendas del grupo para las rutas de los sábados se ve afectada por la abstinencia biciclística sexual y los cambios de tiempo, lo que le lleva a mostrar unos síntomas reflejados en trastornos psicosomáticos que le hacen dirigir al grupo por los caminos más tortuosos, con más pendiente, los que más tocan la moral, los más…...
Pues bien, a Fer le debió picar el bicho porque, sin comerlo ni beberlo, y a las primeras de cambio, decidió que era bueno para nuestra salud hacer la subida hasta la Portela por los eólicos una mañana despejada, sin viento y con el sol calentando con saña.
Menos mal que el piso se encontraba en buen estado, porque si no, se podría haber producido un motín entre la tripulación del grupeto.
Para que todo esto sucediese, antes no tuvimos que reunir unos cuantos bikers portelianos en el jardín en el horario infantil habitual de cada sábado, el susodicho Fer, Varela, Alberto, Juan y Luismi, que partieron en amor y compañía en dirección a Sanisidro.
Seguimos donde los habíamos dejado, en la Portela, con Fer maquinando más maldades como por ejemplo la subida hasta los eólicos del Barbanza pero por el camino viejo, con su tramito de piedras por el que sólo suben las cabras y José Antonio, el de Burela.
Llegamos a las pistas de los eólicos y las dudas nos asaltan ¿qué hacemos? ¿Seguimos el camino viejo, que afortunadamente desde aquí desciende hacia la balconada o continuamos por las pistas de los eólicos en dirección a Graña y Noceda?
Después de sopesarlo un rato, decidimos continuar por las pistas de los eólicos buscando un enlace a otra pista que desciende hasta empalmar con la bajada del camino viejo, pero una vez en marcha, pasamos de la dichosa pista y decidimos tirar en dirección a Lidón bordeando las aldeas anteriores, con un piquecillo con dos o tres bikers que también rondaban por la zona.
Una vez allí, cogemos parte del tramo de la Barbantia que va por encima y empalma con nuestra querida Hijaputa, para bajar unos 100 metros por ella y coger en dirección a la bajada que va por la cantera y acaba en la fuente de la carretera del Iroite, donde aprovechamos para reaprovisionarnos de agua.
Las ganas de pedalear se estaban acabando al tocar el asfalto, así que decidimos tirar hacia abajo pero dando un paseo por Cadarnoxo, Pomardorrío, cogiendo luego algunas pistas de la parcelaria por la zona de Coroño y empalmando con la carretera de Noia para acabar bajando hasta Boiro, recorrer Praia Xardín y detenernos en Don Paquito a recuperar fuerzas a base de proteínas e hidratos de carbono acompañados de algunas bebidas gaseosas.
Una vez tomados los reconstituyentes necesarios, volvimos a montarnos en nuestras monturas para regresar hasta casa pedaleando por el paseo marítimo de Escarabote, el Conchido y la Ribeiriña a través del Camiño Real y la Angustia donde comienza el reparto de bikers según vamos recorriendo los metros finales hasta el casco urbano.

Track de la ruta

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