Lagos de Covadonga 2014

A pesar de los esfuerzos del Maestro por evitar que el Lado Oscuro ejerza su magnetismo sobre los miembros de nuestra peña, poco a poco la carretera va obnubilando a nuestros bikers y ya son muy pocos los que se han resistido a su influjo, llevándolos no sólo a rodar con sus "flacas" por las carreteras barbanzanas, sino incluso a expandir sus fronteras más allá de tierras gallegas, participando en diferentes pruebas de la geografía española. Así que con un "poco" de retraso ahí va la crónica de la incursión de nuestros bikers en tierras asturianas, con la participación en la edición de este año (perdón, más bien del año pasado...) de la clásica de los Lagos de Covadonga.
Este año fueron 3 los valientes de la peña que se lanzaron a esta aventura, Pate, Luis Moros, y el menda, Pas...
El campo base para afrontar este desafío lo situamos en los apartamentos Don Clemente, un enclave estratégico a la entrada de Cangas de Onís, donde dejamos bártulos y nos dirigimos rumbo al pabellón polideportivo en el que se realizaba la entrega de dorsales y en el que pudimos palpar el gran ambientillo que rodea a esta prueba.
Tras dar una vueltecilla por Cangas para empaparnos del ambiente y avituallarnos para la cena en un pueblo cercano al ser festivo local en Cangas de Onís, nos dirigimos de nuevo a nuestro centro de operaciones para degustar una exquisita cena italiana, "disfrutando" del partido inaugural del Mundial de España frente a Holanda y preparando los bártulos del día siguiente, donde pude comprobar primero que antes de empezar la prueba ya tenía el primer contratiempo mecánico en forma de pinchazo y segundo que la marcha habría que hacerla por sensaciones, al descubrir que me había olvidado el Garmin en casa y que podía ir olvidándome de ver pulsaciones, km recorridos...
La verdad es que los nervios apenas hicieron mella en nosotros y tras dormir plácidamente y de pegarnos una buena panzada con el desayuno, nos pusimos rumbo a la salida de Cangas, con la idea de llegar una horita antes para no salir desde atrás del todo.
Qué poco madrugan estos carreteros! Acostumbrados como estábamos a llegar a la salida del Soplao 2 horas antes y ver todo abarrotado, encontrarnos con la salida casi vacía (debía haber unas 20 personas) nos supuso una gran sorpresa. Incluso, para no estar demasiado delante, dejamos que fuese llegando algo de gente y nos sentamos en unas escaleras a hacer tiempo, donde pudimos comprobar que íbamos a tener suerte con la climatología, ya que la temperatura era algo fresquita a esa hora, pero no se preveía ni una gota de lluvia.
El ambientillo fue caldeándose a medida que los 4000 ciclistas fueron abarrotando la calle de salida y la verdad es que la espera se fue haciendo corta gracias a los prolegomenos, con homenajes varios (como el del conocido comentarista deportivo Carlos de Andrés) y al reencuentro con 2 cracks, como Ceñal y su compi, que había conocido en la salida del Soplao de este año y que al igual que en la prueba cántabra consiguieron hacer más llevadera la espera.
En mi caso estaba un poco acojonao, era la primera prueba de carretera en la que participaba y verme allí en semejante embolado sin haber rodado nunca en pelotón me daba bastante respeto, aunque confiaba que la cosa se tranquilizase una vez que la marcha se pusiese en marcha (nunca mejor dicho).
¡¡¡¡Qué equivocado estaba!!!! Nada más darse la salida pude comprobar que aquello iba a ser medio infierno y que el objetivo iba a ser conseguir salir vivo de esa encerrona, ya que una vez  lanzada la prueba aquello estaba desmadrado, frenazos, enganchones, toques, caídas, gritos, gente colándose por todos lados sin respetar la más mínima distancia...uffff los primeros 50 km fueron insoportables. Cuando me di cuenta ya debía tener a más de mil personas por delante, pero en esos momentos lo único que me importaba era salir ileso.
Menos mal que la cosa mejoró una vez que las 2 tachuelas que hay antes de la subida a Lagos pusiese a la gente en su sitio, ya que en las subidas había bastante gente que se quedaba clavada y la cosa se estiró un poco, permitiéndome rodar en los tramos de enlace hasta llegar a la subida a los Lagos de Covadonga en grupos menos numerosos y con menos riesgo de caídas.
La subida a Lagos con el día que tuvimos fue una gozada, la pena es que los desarrollos de carretera no me permitiesen disfrutarla demasiado, ya que a pesar de llevar un Compact 50/34 iba completamente atrancado en la subida (con lo que me gusta a mi el molinillo!!) y tuve que hacer toda la subida de pie.
Aún así adelantando a un montonazo de gente y a pesar de ir bastante justillo y sufrir bastante en algunas zonas, sobre todo en la temida Huesera y el Mirador de la Reina con sus rampitas del 15%, conseguí completar y salir con vida de mi primera participación en esta mítica prueba, bajando de las 4 horas en el puesto 375 de la clasificación.
Lo bueno de esta prueba es que, a diferencia del Soplao, a las 4 horitas estás listo y con el cuerpo menos machacado, así que tras el descenso de los Lagos (en el que bajamos con mucha precaución animando a la gente y comprobando lo peligroso que debe ser eso un día de lluvia) y de acicalarnos en los apartamentos, nos dispusimos a reponer fuerzas en Cangas, con un buen homenaje gastronómico y con un recorrido exhaustivo por todas las sidrerías de la localidad, en el que pusimos a prueba la capacidad de los escanciadores de la zona para  reponer la gran cantidad de  líquido gastado durante la prueba.

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