EL ÚLTIMO STRAVA DE JESÚS

Viernes 13, día de la mala suerte en USA y desde ayer también aquí.
A primera hora de la mañana el alcalde me dice que el helicóptero del SERGAS va a aterrizar en el muelle. Como no había más noticias suponíamos que había habido un accidente en algunos de los barcos que están descargando allí atún.
Media hora más tarde el primer golpe, la mala noticia no era en un barco era en casa de Jesús, Huerta como lo conocíamos entre nosotros, y que según los primeros comentarios había sufrido un infarto. ¡Anda ya! ¡Imposible! Si ayer salí con la bici y al subir mi track al Strava vi uno suyo también; y hace dos días también tenía otro. ¿Seguro que ha sido él? La respuesta fue contundente y me golpeó como una bola de demolición de 50 TM.
Instintivamente saqué el móvil y comencé a guasapear a nuestro grupo para comentárselo a los compañeros de club pero también a Jesús para desearle ánimo y decirle que se iba a recuperar.
¡¡¡Joder!!! Pocos minutos más tarde, no sé si cinco, diez o veinte, a mí me pareció que fue demasiado rápido, la secretaria del alcalde me comunica que no pudieron hacer nada por él, que había muerto. La bola de demolición multiplicó su peso por 1.000 o por 10.000 y me machacó. ¡No puede ser, no puede ser!
No soy lo que la definición pura de un amigo se podría considerar con Jesús, era su amigo en el sentido más amplio de la palabra pero es que ¿quién no era amigo de Jesús? Afable, dicharachero, compañero, amante del deporte, siempre con esa sonrisa en la boca, nunca una palabra más alta que otra..........De hecho, lo pudimos comprobar ayer en el tanatorio con toda la gente que nos acercamos allí para darle su último adiós y presentarle nuestros respetos a la familia
¿Y en su casa? No había día que hablando con él no salieran de su boca tres nombres, Darío, Aldara y Luci.
Se veía que sentía adoración por sus hijos, era un padrazo, de esos que sólo se ven en las pelis de Hollywood o en los documentales de La2, sólo que en vez de mamá osa y sus ositos, era papá oso.
Y otro tanto por su mujer, yo al menos se lo notaba cuando pronunciaba su nombre porque, además, parecía iluminársele la cara.
Volví a coger el móvil y los dedos no sabían que tecla picar, las respuestas de los compañeros eran de incredulidad ya desde el primer mensaje que les había enviado pero sin punto de comparación con los siguientes. El chorreo de información era continuo, y el móvil no paraba de pitar bien por el whatsapp bien por el facebook. ¡Mierda! Y ahora ¿qué pasará con el mensaje de ánimo que le mandé? Espero que si alguien lo lee sepa ver mi buena voluntad.
Durante toda la mañana la cabeza no paraba de pensar en que todo era un error, deseando que fuese, tal vez, una pesadilla y que al despertarnos no hubiera ocurrido nada de esto. Incluso cuando a las 21:00 horas, subiendo hacia el tanatorio, esperaba que todo fuera una equivocación, esperaba no encontrarme a nadie allí y volverme para mi casa sólo con un problema mental.


Pero no, la cola de coches a la entrada ya no presagiaba nada bueno, sabía que había otra difunta, pero aún así la realidad golpeaba de nuevo mis esperanzas ya que en la puerta estaban varios miembros de nuestro club, del Triatlon Ribeira, de la Asociación de Deportes del Barbanza, ............ finalmente era cierto, la duda se había convertido en la pura y dura realidad.
Aunque como podéis comprobar, esta entrada está escrita en primera persona, basándome en esta maldita experiencia que pasé este puñetero viernes, 13 de febrero de 2015, la podríamos extrapolar y hacerla extensiva a cada uno de los miembros de nuestro club, PORTELA MTB. Cada uno de nosotros hemos tenido más o menos contacto con Jesús, hemos salido más o menos veces con él a disfrutar de la bici, tanto de carretera como de montaña, nos hemos reído con él en las cenas del club.....¡Ah! y hemos alucinado con sus hazañas deportivas y no por el hecho de no haber batido récords ni ganado medallas si no por su constancia, por su fuerza de voluntad y por su valor a la hora de afrontar esos retos de los que otros no somos capaces ¡chapeau por Jesús!
Así que desde estas líneas, para finalizar, y permitidme que lo haga en nombre de todos, nos gustaría despedirnos de esta gran persona, buen amigo y compañero que fue Jesús Huerta Sánchez, un mostoleño pobrense o pobrense mostoleño, tanto monta monta tanto.
No soy creyente pero me imagino a Jesús marcando el un KOM en este track de su último Strava.
Adiós Jesús, en algún momento volveremos a cruzarnos en este universo y podremos volver a disfrutar de nuestra amistad.

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