SOY MINERO, Y TEMPLÉ MI CORAZÓN CON PICO Y BARRENA...

Después de tanto tiempo hablando, diseñando una ruta para ir hasta la minas de San Finx llegó el día, al menos para Luismi que nunca había ido hasta allí. Eso sí, la niebla se apuntó también al evento.
La convocatoria de Fer fue un éxito después de unas cuantas semanas en las que sólo nos juntábamos de a cuatro a seis bikers, y, además de la niebla, por el jardín aparecieron doce hombres de pelo en pecho con ganas de sufrir. En orden "analfabético", Aki, Borja, Fer, Fran, José María, Juan, Juanjo, Luís, Luismi, Pate, Teira y Txotxe.
Dado que nos iba a llevar toda la mañana, y saliendo a la hora habitual, se decidió que lo mejor sería tirar por carretera hasta San Ramón, además, habíamos quedado en coger por el camino a Aki, que salía desde Escarabote, y a Juan, que se acercaba desde Rianxo, así que hacia allá comenzamos nuestra andadura.
Los primero kilómetros se van llevando con Luismi marcando un ritmillo alegre, algo que va a echar de menos en cuanto cambiemos de lo negro a la tierra.
El día había salido fresquito, pero justo al llegar al comienzo de la pista que lleva hacia el Confurco, el sol empieza a apretar, es el sino de todas las rutas que hacemos a esta subida, así que paramos un momento para aligerarnos de ropa ya que la subida es bastante exigente.
Luismi, que ya empezaba a notar que le fallaba el carburador y que venía menos abrigado que el resto, decide no parar y seguir hacia adelante sabiendo que si no era en el primer repecho, el grupeto lo iba a alcanzar poco después.
Y es que ese repecho tiene su miga a pesar de ser corto, con una rampa que llega hasta el 17% en algún momento, con dos curvas sembradas de piedras que hacen su trazada complicada y que ponen los pulsómetros a echar humo.
De hecho, vamos llegando a cuentagotas, primero Luismi, a pesar de que le costó lo suyo subir, y luego el resto según las fuerzas de cada uno con Txotxe a la cabeza.
Continuamos por la pista hasta coger, ya sí, la subida al Confurco, pero como comentábamos hace un momento, a Luismi se le medio gripa un pulmón y, en compañía de Pate, que se había quedado para acompañarle en la subida, va llegando a arriba con más pena que gloria, con unas sensaciones penosas que le dan ganas de darse la vuelta y volverse para casa.
Al coronar, el resto de la tropa le anima a seguir y, aunque con pocas ganas, prosigue en la bajada hacia la zona de Ces, donde pararemos a reabastecernos de agua.
Seguimos unos metros por asfalto para coger un poco más adelante una pista a la derecha que nos va a llevar, bordeando el monte, y luego, por otro tramo de asfalto, hasta la minas de San Finx.
Parada técnica para reponer fuerzas, admirar el sitio, sentirnos un poco Antonios Molina y, cuando Luismi y su pulmón medio gripado ya se pensaban que daríamos la vuelta y para casa, la cosa se pone interesante al invitarnos Pate a subir hacia el monte Muralla.
¡Buffff, casi nada! Desde allí abajo se veía la cosa muy, pero que muy cuesta arriba y a Luismi se le acabó por gripar el pulmón entero de la impresión, pero aún así, decide seguir a la tropa.
Los primeros metros son cuesta arriba pero llevaderos, incluso nos equivocamos de camino y a los 50 metros nos damos cuenta, nada importante, se da la vuelta y listo, pero cuando volvemos al bueno y recorremos otros 70 u 80 metros cuesta arriba aparece un repecho de los que impresionan, de hecho el GPS marcó un 21%..............de media, y no sabemos dónde había menos de ese 21 para que nos diera la media, je, je, je.
Imaginaos la cara de Luismi, mientras los demás iban poco a poco subiendo, algunos como buenamente podían, pero nada que no se pudiese arreglar empujando durante unos 200 metros cuesta arriba.
Nos volvemos a reagrupar y cogemos ruta hacia la derecha por una pista ancha, en una zona bastante bonita, arbolada, pero que no para de subir y subir y que nos lleva hasta la carretera entre las aldeas de Bursó y Aldarís.
¡Dios, la carretera que baja hacia Boiro! ¡Por fin voy a poder relajarme un poco! Mascullaba Luismi ¡Ja, ja, ja! Se reía Pate, y en vez de coger carretera abajo, la cruza y nos mete por otra pista que ¿adivináis? seguía subiendo y subiendo aunque, afortunadamente, no llegamos al cima del Muralla, aunque quedamos cerca.
Ahora sí que comienza el descenso, aunque al principio con un tramo rompepiernas y que empieza a pasarle factura a más de uno ya que, además, el terreno está muy roto.
Seguimos bajando por pista hasta el lugar de As Arribas donde volvemos a tocar asfalto, para luego ya empalmar, esta vez sí con la carretera que nos llevará hasta Ponte Beluso. El ritmo varía según las sensaciones de cada uno, las prisas por volver para casa o para parar a tomar algo en el Florida, y el grupeto se va partiendo.
Además, a Aki se le salta la cadena y tiene que hacer una parada técnica, así que, nuevo reagrupamiento en Ponte Beluso con los que quedaban, ya que Juanjo, José María, Txotxe y Teira siguieron ruta de vuelta a casa para cumplir con sus obligaciones familiares, Juan aprovechó que estaba cerca de Rianxo para despedirse también y los siete restantes nos dirigimos como buenamente pudimos, como comentábamos antes, a recuperar fuerzas al Florida.
La parada fue corta, el sol se había vuelto a semiocultar y tomar algo en la terraza al fresco no animaba mucho así que, después de devorar la tortilla que había de tapa, proseguimos camino hacia casa pero esta vez por el Camino Real, dejando a Aki en Escarabote y encontrándonos con Juanjo en el cruceiro de A Mercé gripado de todo, esperando a que su novia pasase a recogerlo.

Track de la ruta

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