UNA RUTA POR CUATRO "CONCELLOS"

El último sábado de abril nos volvimos a reunir unos cuantos bikers para nuestra salida matutina habitual a pesar del frío que volvió a aparecer en esta primavera loca.
Pate, Luis, Edu, Fer, Alberto, Fran y Luismi fueron los que se animaron y comenzaron la ruta en dirección a Boiro por la carretera, para ir calentando.
Lo bueno de llevar entre nosotros a alguno de los sherpas tolos es que acabas descubriendo algún camino nuevo por el que nunca habías pasado antes, y eso fue lo que ocurrió al llegar a Boiro.
Edu tomó el mando y desde la Avda. de la Constitución, justo al pasar la casa de Julini, nos desvía a la derecha por la carretera de Abanqueiro pero de repente, a unos 100 metros, frena, gira en redondo, y vuelve hacia atrás para coger por una callejuela a mano derecha que nos va a llevar al lavadero de Boliña, para seguir por entre las casas y acabar en un sendero muy bonito pero que va picando para arriba y que nos va a llevar hasta cerca del cementerio municipal de Boiro.
Cuando llegamos al final del sendero, cruzamos la carretera y cogemos una pista que nos lleva en dirección a Cespón, pero el recorrido no iba a ser tan fácil, así que de repente, se ve un camino a mano derecha y allá que nos vamos, esta vez no es de subida, si no de bajada, bastante rápida y con algo de pendiente, que nos va llevando por encima de la aldea de Reboredo.
Otro camino bonito, y con algunas vistas impresionantes, pero en un momento dado, hay que bajar de la bici para pasar un pequeño murete y alcanzar el asfalto que seguiremos, esta vez sí, hasta Cespón.
Al llegar al cruce que va para San Ramón, nos desviamos a la izquierda y a los pocos metros otra vez a la derecha en dirección a Bealo, donde pararemos a coger agua en la fuente antes de iniciar la subida a Ourille.
Pero, como no podía ser de otra manera, este sábado no iba a ser la típica subida que solemos hacer cuando vamos hasta el Castro Barbudo o hasta el monte Muralla. Vamos probando por diferentes caminos que vamos encontrando, unos en mejores condiciones que otros, pistas amplias y senderos estrechos y con vegetación cerrada. Llegamos al primer tramo de asfalto y paramos hasta reagruparnos, para luego continuar por la pista de siempre, pero en cuanto nos cruzamos con el primer cortafuego, tonto el último y a subir por él.
Luismi, que lleva un par de semanas “ligeramente” fuera de forma, se lo va agradeciendo con el pensamiento, pero afortunadamente, los dioses no le hacen caso y no cae ninguno de los que van delante. Justo superar este “aperitivo”, en la zona en la que se empalma con la pista habitual de subida, Luismi se encuentra al resto dando la vuelta para coger un sendero impresionante, estrecho y rodeado de vegetación pero que no molesta en absoluto y que va subiendo hasta la aldea de Ourille, bordeando el Castro Barbudo.
Como empiezan a caer cuatro gotas, y sopla un viento bastante fresquillo, buscamos refugio debajo de un portal de una finca y aprovechamos para comer algo antes de seguir. No sabemos por donde tirar, si bajar en sentido contrario, si bajar por el tramo libre de la subida al Castro Barbudo, y al final seguimos un poco hacia arriba para tirar luego hacia A Escabia, para enseñarle a Edu por donde se coge la subida al Muralla desde la aldea de Ardeleiros.
Decidimos seguir bajando por el asfalto en dirección otra vez a Bealo, pero antes de llegar a Millón, cogemos otra carretera que nos sube hasta A Cabaleriza, y desde ahí vamos bajando para empalmar con la pista que nos lleva hacia el Confurco, pero no para subirlo, si no para acercarnos hasta San Ramón y desde allí coger la AC-305 e ir tirando de regreso hacia Boiro.
Como se nos ha echado el tiempo encima, desgraciadamente no podemos acercarnos hasta San Isidro, así que decidimos parar en el Don Paquito, donde damos buena cuenta de una buena ración de lomo asado con pimentón y patatas fritas, recuperamos algo de fuerzas y desde allí a ritmo tranquilo hasta casa, pasando por el paseo marítimo de Escarabote y el Camiño Real en la Ribeiriña.
En total, recorrimos los concellos de A Pobra, Boiro, Rianxo y Lousame en una jornada en la que el clima parecía representar una obra de Valle-Inclán, padre del esperpento, ya que tan pronto salía el sol como se ponía a llover, soplaba viento helado o había calma chicha.

Track de la ruta


No hay comentarios:

Publicar un comentario