Por fin se acabaron las fiestas

Después de estas semanas de fiesta en las que el turrón, el champán, el roscón de reyes y las resacas fueron nuestros más asíduos acompañantes, una horda de sedientos bikers ávidos de bicicleta se dieron cita, como cada sábado por la mañana, en el jardín para hacer una de nuestras ¿habituales salidas? Pues no, no tuvo nada de habitual.
Primero, a Fer no le ha sentado nada bien la gastroenteritis en lo que a bici se refiere porque en cuanto a kilos, se ha dejado unos cuantos en el baño. Dada la semana tan "apretadilla" que había pasado, decidió hacer una salida carreteril que en un principio tenía pensado dirigir hacia Cabo de Cruz, pero que al final la estiró hacia Rianxo, sin dejar de visitar posteriormente su destino inicial. Su final, como no podía ser de otra manera, fue el bar de Sanisidro.
Segundo, otra de las variaciones fue ver aparecer a Paco por allí, pero no por el hecho de que apareciera, si no porque venía acompañado por un colega de Boiro, con la esperanza de que las mentes sherparianas tuvieran a bien hacer una ruta tranquila, cosa que como ya sabemos es casi imposible cuando se juntan Trapa y Luís Tubío. Así que llegados a la Pontebarbanza, decidieron hacer una Portela, con bajada por el Castelo de Vitres y luego dirigirse, como no, al bar de Sanisidro.
Y tercero, Luismi ya está pensando en pincharles las ruedas a algunos, para que en las próximas salidas les cueste más pedalear, sobretodo en trialeras cuesta arriba plagadas de piedras. Mientras el tío del mazo le hacía una pequeña visita subiendo por la pista que va de Santa Cruz hasta el primer mirador, multitud de "alegres" pensamientos pasaban por su cabeza, tales como, ¿rodarían bien bicicletas de las marcas Specialized y Cube desde allí arriba hasta la autovía con sus dueños montados en ellas?, ¿cómo sonaría una roca golpeando "sin querer" y desde arriba a una bici de esas marcas, con sus propietarios montados en ellas?. Gracias a esos pensamientos que le dieron las fuerzas necesarias consiguió rehacerse mínimamente para no dar la vuelta y bajarse para casa, y una vez coronado el primer mirador, con algo de esfuerzo seguir hasta la cima de la Curota.


Desde allí, los cuatro jinetes de la apocalipsis se dirigieron hasta la Portela para empalmar con la pista que bajaba por Castelo de Vitres pero, porque con estos dos de sherpas siempre hay un pero, como les parecía aburrida la bajada, decidieron hacerlo algo más interesante cogiendo otra pista que en vez de llevarnos hasta el cruce con Cubelo de tierra nos dejaba justo al lado de la fuente que hay un poco más abajo. Claro que, como es obvio, la dichosa pista no es un paseo para abuelitas, la pendiente es más pronunciada y las piedras y surcos la jalonan haciendo que su bajada sea, al menos para los menos diestros y duchos con el equilibrio dinámico, un estrés tanto psicológico como físico, ja, ja, ja al menos para quien redacta esta crónica, ya que cada 20 metros se veía saliendo por encima del manillar y los brazos y muñecas se iban castigando con el esfuerzo de frenar por semejantes pendientes. Lo de subir por ella creo que se lo dejaríamos a Juanito Oyarzábal y compañía, je, je, je y no estoy dando ideas ¿eh?
Una vez en la carretera, y a pesar de que aún era temprano, los cuatro dirigieron sus pedaladas hacia el habitual final de etapa, pero, para hacer algún kilometrillo más, se decidió que se bajaría hasta el puente de As Taras, desde la pista que va de Montaña a Vilariño, subiendo hasta la carretera de Sampaio, pasando luego por el campo de fútbol de Sanisidro.
Aquí se vivieron otra vez momentos mágicos, ya que justo debajo de dicho campo hay tres alternativas, una fácil, para padres de familia y gente con falta de estímulo hormonofestivo, otra un poco más complicada, que algún padre de familia podría aceptar como animal de compañía, y otra para solteros, arrimados, vamos, los que no disponen de MDR o no le tienen apego ni a su vida ni a su bici y ¿adivinamos por dónde decidieron bajar el par de sherpas matutinos? Exactamente, lo que estáis pensando.
Lo curioso fue que a Luismi, al asomarse a la bajada unos 10 metros, el sensor de inclinación le empezó a pitar, y ante el peligro que supondría para su carrocería, decidió dar la vuelta y optar por la primera opción. El resto siguió hacia abajo con diferentes tácticas. Luís Tubíó cerró los ojos y que fuese lo que dios quisiese, llegó abajo intacto. Trapa aceptó el desafío pero una lucecita roja se le encendió en el salpicadero, el sensor del airbag daba error, por lo que decidió bajarse antes de estropearse él y la bici. El Crecho comenzó la bajada como ellos, pero su pepito grillo de serie le hizo una visita de urgencia y optó por la misma táctica de Trapa.
En el bar ya estaban esperando Paco y su colega de Boiro sentados en la terraza al solecito tan ricamente. A ellos se unió Luismi y posterioremente los tres suicidas, y unos minutos después apareció Fer con cara de poco sufrimiento y con 55 kms en sus piernas.

Track de la ruta:


Ruta en bici 1376945 - powered by Bikemap 

4 comentarios:

  1. Buenísima la crónica Luismi!! jajajaj! cabe reseñar que la última bajada desmonté de la bici y como vi que Luis no se esnafró pues me monté y la bajé, abajo ya me encargué de saltar un poco para que los hue... me bajaran de la garganta y volvieran a su sitio. El próximo día en la mochila me llevo un piolet!

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  2. Muy mal Fran, un verdadero Kill´Em All no se hubiera bajado de la bici antes de intentarlo...-1

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  3. Pas, el próximo día que vengas la vamos a bajar! juas juas!

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