15
feb
2013

RUTA GANGNAM STYLE

La ruta, a pesar del título, no la hicimos a caballo, aunque algunos así lo hubiésemos preferido. Tampoco nos acompañó ningún coreano y, creo, que tampoco venía ninguna bici coreana en el grupeto. El título se lo he puesto porque, como con la canción, acabamos hasta los güevos de lo repetitivo que es subir repechos, encima tal y como está el terreno por aquí, a causa de toda la lluvia que ha caído este último mes.
A pesar de los pesares, y temiéndonos este tipo de emboscadas, nos juntamos una troupe interesante el sábado por la mañana. Los Tubío Brothers (José y Luís), Pate, Valentín, Alberto, Varela, Juan, Fer, Matías, Luismi y un nuevo acompañante apadrinado por Varela, ¿Roberto?, que vino a dar una vuelta por las afueras de Bilbao.
Lo más llamativo del inicio fue la Specialized de ¿Roberto?, precisamente, ya que todos nos percatamos de que su horquilla delantera era…………..rígida rígida, además de llevar pedales de plataforma.
El mando de las operaciones sherpas volvió a recaer en Luís y cuando ocurre eso ya sabemos en que va a acabar, aunque empezó disimulándolo bastante bien.
Comenzamos el recorrido subiendo por el cine para continuar por la recta de Lesón en dirección al polígono, pero a la altura del Camino Ancho, cogemos a la derecha por una pequeño cruce que nos llevará a través de un pista hasta la altura de la gasolinera de la autovía.
El estado de la pista era lamentable, barro, barro, barro ¿alguien dijo más barro? Había momentos en que el suelo se hundía literalmente bajo nuestras ruedas, el esfuerzo era demoledor, algunos pulsómetros empezaban a ver cifras por encima de 190, Alberto volvía a hacer de las suyas en un repecho pedregoso y, cual geólogo de tres al cuarto, decidió observar más minuciosamente las piedras bajándose en marcha de la bici.
A nuestro compañero bilbaíno le costaba seguir inicialmente el ritmo, cosa lógica al no conocer el recorrido, pero se mantenía en un segundo plano aguantando los embites sherperiles.
Cruzamos la autovía por debajo y nos dirigimos hacia la subida de la cantera, aunque una piedra en el camino le enseñó que su destino era rodar y rodar a Valentín. Bueno, no era una, si no varias piedras colocadas a lo largo del camino, que hacía que hubiese que circular muy pegado a la valla de separación de la autovía, por un carril de apenas 40 centímetros de ancho. Su rodar vino dado por un enganchón del manillar con la dichosa valla. Afortunadamente, y como en el caso de Alberto, la caída fue sin consecuencias.
Se empieza poner la cosa dura, pero sin connotaciones pornográficas, ya que comenzamos a subir el tramo de la cantera de Boullón que nos llevará hasta casi el mirador de Valle-Inclán. El grupeto se va deshaciendo como un azucarillo en el café caliente, con Luismi cerrándolo ya que ha adoptado para las salidas de los sábados el modo diésel.
Una vez arriba y conjuntados de nuevo, el sherpa nos lleva por encima de la otra cantera y de San Amedio con dirección a la carretera que lleva al lugar de Cernadas, la cascada de Ribasieira, etc… Comenzamos con una subidita por camino con hierba que nos va frenando bastante, para luego bajar hasta empalmar con la pista más ancha y rápida, pero cuyos tramos finales contaban con bastante barro y agua, que nos refrescan más de lo que quisiéramos, dada la temperatura tan fresca que hacía esa mañana.
Una vez reunidos otra vez, comenzamos el tramo de asfalto que nos llevará hasta las estribaciones del Graiade y donde cogeremos la pista que lo bordea por su vertiente sur. Pero justo al llegar allí, decidimos hacer la parada técnica para reponer fuerzas y cotillear un poco.
Una vez descansados y avituallados, proseguimos la marcha por la pista que, como decía anteriormente, bordea el Graiade por su falda sur y nos va llevando en dirección al Enxa. Este tramo tiene la pista con grava, muy suelta en algunas zonas, y donde conviene coger bien la trazada para no cansarse más de la cuenta en las subidas o perder agarre en las bajadas. El que más sufre es ¿Roberto? ya que su horquilla es bastante incómoda para estos menesteres.
La pista finaliza en un tramo asfaltado el cual cogiendo hacia la izquierda nos llevaría en dirección al Enxa, a su curro o a la encrucillada, pero con el mando sherpa nunca se sabe lo que va a ocurrir, y deciden tirar en sentido contrario, cuesta abajo, por la carretera que nos llevará hasta la Casa de Cultura de Ribasieira, donde Valentín se empieza a oler la encerrona. Y ésta no es otra que la subidita que hay un poco más adelante a la izquierda, de un kilómetro de longitud pero con una pendiente constante que no debe bajar en ningún momento del 10% y con un piso con grava que hace que, perder rueda delante o patinar la trasera, sea un ejercicio común y fatigoso.
Al llegar arriba, y dado que le grupo se ha vuelto a segmentar, se procede a la espera de los últimos componentes y, cuando los más rezagados pensábamos que ya íbamos a tirar hacia la Curota, los sherpas, Pate se había unido al mando con Luís, deciden tirar de frente por un camino que pica constantemente para arriba y con tramos en los cuales, los menos avezados técnicamente, tienen que echar pie a tierra.
Nos volvemos a reagrupar en la fuente que hay a media subida, bebemos, reabastecemos de agua los bidones y seguimos hacia arriba, empalmando con el camino viejo del Barbanza y con el grupo otra vez dispersándose.
Unas vez juntos en la zona de los eólicos, comienza por fin el descenso hacia la Portela y desde allí hasta el bar. En la bajada, el grupo se vuelve a partir, ya que a unos les gusta bajar a saco y otros prefieren hacerlo de una manera más sosegada, como en el caso de ¿Roberto? que iba con su horquilla rígida.
Luismi, que con la edad se ha vuelto animal de costumbres, decide reventar por enésima vez la rueda trasera de su bici en esta bajada, con lo cual tiene que parar a cambiar la cámara y poner la de repuesto para seguir, animado por Alberto y Varela que se habían quedado con él para echarle una mano.
Una vez arreglado el problema, directos al bar, que el resto del grupo ya estaba acomodado y a la espera de las bebidas y de la empanada reparadora de nuestros esfuerzos matinales. Y esta vez, además, Pili nos obsequió con unos sanjacobos recién hechos que sentaban de maravilla y que volaron de los platos.

Track de la ruta


Vídeo de la ruta

1 comentario:

  1. Buena ruta!!!
    Que pulsometro utilizas para el Endomondo???

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